Con gran tristeza vi la foto que ha recorrido el mundo tras el atentado a la revista francesa Charlie Hebdo, vi multitudes que tenían en su frente el letrero “Je suis Charlie” (Yo soy Charlie) en solidaridad por el ataque terrorista de la semana pasada.
Creo que el mundo está cada vez más equivocado y relativizado, el cartel que debían haber llevado debería decir: “Yo soy respeto, soy libertad, yo defiendo la vida”, y seguro habría tenido el verdadero eco en todas las esferas del planeta. No disculpo ni estoy de acuerdo con la masacre fundamentalista islámica; el caos solo lleva a más caos, ¿pero, por qué en miras a la libertad de expresión puede una revista permitirse insultar, burlarse, difamar, vejar y atropellar las creencias de las personas, y a las personas, con un disfraz de protesta? Ese no es el camino. Todo lo que es bajeza y malos sentimientos no son armas para expresarse ni para protestar; están equivocados. De lo malo nunca puede brotar algo bueno. La prensa destructiva no conduce al bien y los periodistas que fundaron la revista se vanagloriaban de decir toda clase de improperios a quienes no estaban de acuerdo con ellos. A los cristianos nos han hecho pedazos, lo que pasa es que los cristianos no matamos, pues seguimos los mandamientos de un Dios que es Padre misericordioso. Pero, revisen en internet lo que nos han dicho; ellos son prensa baja, de fango. Justamente acabo de leer la declaración de uno de los miembros más antiguos de la revista, el caricaturista holandés Bernard Willem Holtrop (que se salvó de morir por no estar en la oficina en ese momento) ha rechazado las repentinas muestras de apoyo de las autoridades mundiales, como el papa, la reina Isabel II, Putin (...), y advertido que no dudarían en “vomitar” sobre los “nuevos amigos” de la publicación. Bueno, Charlie Hebdo hace y ha hecho del vómito su profesión. Nada nuevo. Charlie Hebdo es eso, el menosprecio a todo lo que no les agrada. Nadie sabía en América que existía esta publicación, ahora es archiconocida. El atentado ha servido para que conozcan en todo el mundo a una ilustre desconocida, y lucrar, pues ya avisaron que de 60.000 ejemplares que sacaban, van a producir 1’000.000. Por lo demás, ¿qué esperar de la gente que trabaja en esta publicación?, que sean agradecidos es imposible. Pero lo que me motivó a escribir es la cantidad de comentarios a favor de la revista. ¿No creen ustedes que la protesta debía ser dirigida contra el atentado a seres humanos?, ese es el punto, pero parece que en la actualidad hay dificultad para discernir lo que está bien y lo que está mal. ¿Qué ha pasado con la enseñanza de los valores a nivel mundial? Padres, ¿podríamos hacer un examen de conciencia para ver si le estamos transmitiendo a nuestros hijos los conceptos claros desde la niñez, sobre lo que es el bien y lo que es el mal, que no cambia de acuerdo a la época? Termino reafirmando: no es admisible que se recurra a la violencia y el asesinato para vengar ofensas a cualquier religión, como han hecho los islamistas, pero tampoco es admisible la ofensa gratuita y la burla obscena como en ocasiones ha hecho Charlie Hebdo; no solo con el islam sino con valores cristianos y sus líderes, como representar a la Virgen María pariendo un cerdo o al papa Benedicto XVI sodomizando a un adolescente. Afortunadamente ningún cristiano ha recurrido a la violencia para denunciar tan repugnantes caricaturas, quisiera saber dónde estaban los cristianos que ahora dicen ser Charlie Hebdo, ¿por qué no protestaron contra las blasfemias de esta revista contra su religión. Es por esto que he expuesto que yo no soy Charlie.(O)
Eleana Endara Borja, ingeniera, Guayaquil