Pregunto con indignación, refiriéndome a la noticia de primera plana publicada por el Diario EL UNIVERSO de la edición del día 24 de enero: ¿Acaso merece tanto espacio impreso la última travesura del malcriado Justin Bieber?

Si esto resulta ser así, estamos todos mal.

Creo que el oportunismo otorga demasiada relevancia en los últimos tiempos a ciertos sujetos creados por la mediocre industria mediática social y que los lleva a etiquetarse como ídolos de turno, individuos de apariencia bonita, pero que carecen de alguna virtud humana destacable; sin embargo, cuando ya están encumbrados a la par que sus vicios, se potencia su mal gusto, la insolencia y el mal comportamiento; incluso llama la atención la falta de valores o consideraciones que esgrimen con sus actos irrespetando a sus propios fans.

Lamentablemente este tipo de estrellaje pop cuenta cada vez más con miles de adeptos de edad tierna y no tanta, que derraman suspiros y lágrimas de histeria a cada vaivén rítmico de sus andanzas de malos adolescentes, en cada tour.

Quizá este ejemplo de vida esté de moda y sea comercialmente lucrativo, pero convengamos que nada aporta en absoluto a la dignidad ni a las artes.

Una humilde sugerencia estimados redactores: recapaciten y vuelvan a ser adalides de la cultura a tiempo completo, pues las primeras planas completas son para mencionar y destacar acontecimientos que valen la pena ser desarrollados, con el agravante de que dichas tapas trascienden y quedan para la historia.

Muchos les estaremos agradecidos.

Rodolfo Medina, arquitecto, Guayaquil