Testimonio | Luigi Estrada Guerrero
Desde que tengo uso de razón he estado metido entre los cueros y todo lo que tiene que ver con la elaboración artesanal del calzado.
Contando la experiencia de mi padre, Luis Estrada Tumailli, más los 30 años que yo llevo en este oficio, suman 80 años de experiencia.
El negocio es familiar y tenemos pocos empleados. Nuestro trabajo es básicamente manual, la maquinaria que tenemos se la usa para agilitar algunas tareas, pero hay cosas que las máquinas no pueden hacer. Por ejemplo, para bajarle el grosor a las pieles se las pasa por la máquina destalladora, revisamos cada pieza y si hay alguna diferencia, nos toca corregirla a mano, con cuchillo. Ese es un tiempo precioso, que hace que el calzado adquiera calidad y cueste más.
Hay quienes traen modelos para que se le confeccione el calzado bajo medida. Justamente estoy por entregarle zapatos a un norteamericano, que tiene los pies delgados y le gusta comprar zapatos hechos a su medida; está contento con el resultado. Tenemos clientes de varias parte del mundo. Por medio de nuestro sitio en internet y en Facebook ven los modelos, les indicamos cómo tomarse las medidas, los confeccionamos y enviamos.
Nosotros estamos a nivel de poder producir casi cualquier tipo de zapato, pero nos quedamos con los modelos tradicionales después de hacer un estudio.
Cuando hemos intentado sacar modelos según la moda, luego de diseñar, traer pieles, hormas y moldes para producir, ocurre que se vende por dos o tres meses, luego pasa la moda y uno se queda con los moldes, las pieles y los zapatos; en cambio el zapato clásico se usa siempre.
Como todo negocio, tenemos un tiempo de espera de venta y pasado de eso lo ponemos en oferta. Siempre hay oferta porque siempre estamos rotando.
Cuando viene un cliente y pregunta: “¿Tiene otros modelos?”, vemos qué tipo de zapato le gustaría y lo hacemos pasar a una sala reservada, le traemos los modelos exclusivos y casi siempre el cliente deja haciendo tres o cuatro pares.
Con una medida nos demoramos de tres a cuatro semanas y cuesta más, porque por un par me toca detener todo mi flujo de producción y hay que tomar varias medidas para hacer una copia en la horma tal cual el pie, ya sea que el cliente tenga un cayo o juanetes.
Cuando entrego el zapato y converso con el cliente, si se da la oportunidad lo asesoro en cuanto a con qué tonos de ropa los puede usar, así como los cuidados que hay que darle al calzado de cuero, pues se diferencia del material sintético.
En el clóset de un caballero no debe faltar un par de mocasines para el día; para la noche debe tener un par de zapatos de vestir de pasador semimate o de brillo medio; pero si tuviera una fiesta, entonces viene el zapato con brillo, no de charol porque es para esmoquin. Debe tener mocasines marrón, café (el marrón es más oscuro que café) y de color neutro –negro o concho de vino–; cinturón del mismo color. Los zapatos de vestir serán de acuerdo con el tipo de traje que use.
Hace 5 años introdujimos la línea de mujer para empresas, ahora estamos pensando importar pieles de cabritilla, un material elegante y delicado, ideal para hacer carteras y zapatos de mujer. Además, tenemos la opción de hacer, bajo pedido, zapatos para la mujer de hoy que es muy activa, con planta en poliuretano (PU), un material suave, en cualquiera de los 25 modelos que tenemos en catálogo.
Como artesanos, damos forma a los materiales para que a la vez sean útiles, elegantes.