En los últimos años, las políticas públicas han sido dominadas por la hipótesis de que el calentamiento global ha sido subestimado mientras que las tendencias naturales del clima han sido exageradas. Sin embargo, para científicos como la profesora Judith Curry del Georgia Institute of Technology y la doctora Marcia Wyatt, ocurre exactamente lo contrario. En un ensayo publicado en la revista Climate Dynamics estas expertas desafían el punto de vista convencional que sostienen muchos de los científicos asociados al Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, quienes establecen que el planeta se está calentando debido a la emisión de gases.
En su ensayo, las autoras señalan un fenómeno natural que llaman “stadium-wave” (haciendo referencia a la ola que realizan los espectadores en un partido) y se refiere a un ciclo de 300 años que explica por qué la tierra está experimentando una pausa en el incremento de temperatura. El ensayo analiza datos de la atmósfera, los océanos y el hielo de los mares desde 1900. Si bien el océano Atlántico Norte continuó calentándose y el hielo del mar Ártico disminuyó, las autoras creen que, como una ‘ola de estadio’, el océano Atlántico comenzará a enfriarse y el hielo del mar Ártico se restablecerá. “Los modelos climáticos se enfocan en los impactos de fuerzas externas en lugar de simular la variabilidad natural interna asociada con las interacciones del sistema atmosférico-oceánico”.
Lo preocupante no es que esta o más teorías cuestionen el supuesto “consenso científico” en torno al calentamiento global, sino que a pesar de ellas los gobiernos del mundo justifiquen las regulaciones verdes que castigan a millones de consumidores y pequeños empresarios con una teoría apocalíptica que no está, como se pretende hacer creer, totalmente comprobada. En Europa las regulaciones ambientales que deben cumplir las empresas proveedoras de energía, incluyen asumir altísimos costos de energía renovable tales como el uso de energía eólica (molinos). Este es un medio muy costoso de producir electricidad, pero una manera eficiente de obtener ingresos de los subsidios, estos últimos financiados a través de carísimas facturas que pagan los hogares europeos por sus consumos de energía.
De ser ciertos los hallazgos de Curry y Wyatt, esta no sería la primera vez que grupos de presión “verde” se equivocan al predecir escenarios catastróficos. La batalla de Greenpeace en contra de la energía nuclear recibió un golpe vergonzoso cuando Patrick Moore, antiguo miembro de esta organización y radical oponente de la energía nuclear por considerarla sinónimo de ‘holocausto nuclear’, reconoció que esta no solo era una alternativa interesante sino que era necesaria para reducir la emisión de gases. Asegura que los activistas con quienes solía trabajar abandonaron la lógica a favor del sensacionalismo. Hoy Moore, siendo ambientalista, es un férreo postulante de la energía nuclear y escéptico de los humanos como únicos responsables del cambio climático.
Con esto dicho, es correcto tomar medidas si en efecto se comprueba la teoría del calentamiento global, pero es preocupante que el Panel del Cambio Climático de las Naciones Unidas dé esto por sentado y que las regulaciones verdes que significan dinero del consumidor, sean un hecho mientras que el calentamiento global continúa probándose.
Hace 500 años Galileo fue procesado por irse en contra de las tesis de su época y determinar que la Tierra giraba alrededor del sol. Hoy el calentamiento global como única verdad y los gobiernos actuando como si fuera tal, está costando millones… Y podríamos estar equivocados como los inquisidores de Galileo.