El 20 de junio por la tarde, presencié un acto de solidaridad que me llamó la atención por el pronunciamiento unánime de más de dos centenares de manifestantes que recorrían la avenida 9 de Octubre en dirección al parque San Francisco de Guayaquil con carteles y voces de protestas contra el gobierno, que decían: “Mery Zamora no es terrorista, ni saboteadora; Mery Zamora es educadora”, y “Viva la UNE, viva la unidad de los maestros, viva la clase trabajadora y estudiantil!
En el parque se fustigó la negativa del tribunal que sentenció a la profesora Mery Zamora con ocho años de prisión, por supuestos delitos de terrorismo y sabotaje, al encontrarse casual y momentáneamente con los estudiantes en el colegio nacional Aguirre Abad de Guayaquil, el 30 de septiembre, en la revuelta policial. El respaldo del magisterio y de líderes sindicales fue para la profesora Zamora ex presidenta de la UNE y actual subdirectora nacional de un partido político, y al profesor Luis Chancay Villafuerte, presidente de la UNE del Guayas, destituido de su cargo en el magisterio hace pocos días por pensar diferente al gobierno y exigir mejoras para la clase magisterial.

Organismos internacionales de la educación para América Latina y la Red SEPA (Red Social para la Educación Pública en América) en Vancouver, Canadá, han expresado su solidaridad a favor de los maestros perseguidos, enjuiciados y destituidos de sus cargos y dicen “estaremos atentos a la resolución final de la situación y mantendremos nuestra campaña internacional por... la defensa de la educación pública y de los derechos humanos...”.

Santos Cristóbal Antón Vélez,
licenciado, Guayaquil