Quevedo, Los Ríos
Los ocho cuerpos hallados en el recinto Amazu de la parroquia Patricia Pilar de Buena Fe fueron retirados de la morgue de Quevedo y llevados al sur de Quito.
Sus familiares arribaron a Quevedo tras enterarse de la tragedia que enluta al menos a tres familias.
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Jaqueline Marilin Cruz Cruz, de 61 años; sus hijas, Karen Stefanía Cumbal Cruz, de 34 años, y Martha Jaqueline Cumbal Cruz, y los hijos de esta última: Daniela y Anderson Josué Espinoza Cumbal, de 23 y 17 años, son cinco de los fallecidos.
Las otras víctimas de la masacre son Édgar Bladimir Quiñónez González, de 39 años, un agente de tránsito metropolitano de Quito, Mauro Julián Robalino Toscano, de 25 años y Luis Andrés Landeta Mancero, de 31.
Cuatro de los fallecidos registran antecedentes por tráfico de drogas y uno por robo.
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Las víctimas habían llegado desde Quito a bordo de tres carros hasta el sector Ernesto Che Guevara de Santo Domingo, una zona dominada, según la Policía, por el grupo delictivo Los Choneros.
Los ahora fallecidos estarían presuntamente vinculados a la agrupación Los Lobos, siendo esto el detonante de la tragedia.
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La madrugada del sábado, mientras estaban en una vivienda de la cooperativa Ernesto Che Guevara, libando y escuchando música, según informó la Policía, al sitio llegaron unos 20 hombres a bordo de motocicletas.
Los sujetos tomaron control de las doce personas a quienes embarcaron en sus carros y los llevaron por vías alternas hacia la provincia de Los Ríos.
La Policía trata de localizar la primera escena donde habrían sido asesinados entre la noche del domingo o madrugada del lunes para luego ser abandonados en el recinto Amazu.
Ocho personas son ejecutadas en recinto de Buena Fe: cadáveres fueron encontrados cerca de finca
La Policía cree que los ahora fallecidos fueron llevados a una hacienda o finca donde los torturaron y maniataron para luego con un disparo en la cabeza ejecutarlos.
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Tras el hallazgo de los ocho cuerpos, la Policía conoció de la desaparición de tres menores, de catorce, doce y cinco años que estaban secuestradas y fueron ubicadas en una vivienda de la cooperativa Che Guevera.
Una cuarta persona desaparecida, Vinicio Bonifaz, fue encontrado muerto en Santo Domingo. En este mismo cantón los uniformados encontraron los carros de los ahora fallecidos incendiados.
Los sospechosos de la masacre, según fuentes policiales, serían los R7 alineados a los Choneros por el control del territorio.
Los familiares de las víctimas no dieron detalle de lo ocurrido, tres de las fallecidas eran madre e hijas y otras una pareja de esposos. (I)