La noche en que mataron a su esposo, Cindy Cedeño González llegó a su casa, se cambió la ropa con salpicaduras de sangre y reunió a sus cuatro hijos: “Les dije que su papá, al que veían como un superhéroe, estaba en el cielo, que desde allá los estaba viendo, que ellos no lo podían ver, pero él sí. La verdad, no sé ni cómo les dije. El más pequeño, de 4 años, me pregunta dónde está su papá, coge la foto y le da besos. El de 8 años lloró cuando supo que murió”.