Las alertas de la presencia de artefactos explosivos vuelven a causar zozobra en Guayaquil. Esta mañana, varias cintas de peligro limitaron los cuatro costados que rodeaban a una vivienda de dos plantas, en cuya planta baja se colocó un artefacto explosivo, en el bloque 10 de Bastión Popular, en el noroeste de la urbe.
Esta amenaza de bomba causó preocupación a los moradores de esa populosa zona. Durante varias horas, los ciudadanos se apostaron detrás de estos límites y se mantuvo prohibido el tránsito vehicular y también los locales comerciales estuvieron con sus puertas cerradas.
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Según personal especializado antiexplosivos, esta clase de artefactos se usa para hacer voladuras en actividades de minería y pudo haber causado daños severos, sin embargo, la mecha se apagó cuando estaba colocado en la planta baja, específicamente, en un local tipo bazar.
Las evidencias de varios fósforos quemados en la escena dieron pistas a los policías que el artefacto se quiso activar, pero aquello quedó frustrado por razones desconocidas, indicó Wilson Loaiza, jefe de operaciones del Distrito Pascuales.
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El jefe policial confirmó que se trataba de un artefacto explosivo que fue desactivado con una detonación controlada, sin dejar daños materiales ni afectaciones humanas.
Durante varias horas, los equipos del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) retiraron el taco de gel explosivo a una zona segura en el centro de la av. 38B NO.
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Luego de varios anuncios con alarmas, los agentes del GIR hicieron la detonación controlada dentro de dos llantas que se armaron como zona de amortiguamiento con un saco de arena.
Hasta las 09:30, las unidades investigativas de la Policía continuaban con las indagaciones del caso para dar con más detalles de quienes pretendían activar el artefacto.
Para ello, se ejecutaban varias diligencias como la toma de versiones de personas ocupantes del bien inmueble y de moradores de la zona. El arrendatario no se encontraba en el lugar al momento de la novedad, se indicó.
El propietario del inmueble, Segundo Andrade, manifestó que no tenía amenazas de ningún tipo, por lo que le causó sorpresa la colocación del artefacto explosivo. A su salida, esta madrugada, hacia Montebello dijo que no se percató de la presencia del taco.
Expresó que en esa zona no se han dado novedades con casos de extorsiones, aunque sí con explosivos. Uno de esos casos se dio hace un mes, aproximadamente, a pocas cuadras del sitio.
“Un poco atemorizado porque saben que las cosas que están haciendo (los delincuentes) no son cosas buenas, se pueden destruir las casas, a nadie le gusta que le hagan daño. Como la Palabra dice: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’, parece que esto será muy duro para esas personas que hacen tales cosas”, dijo el hombre integrante de una congregación cristiana.
Según datos policiales, en lo que va del año en la zona del Distrito Pascuales, que incluye a Bastión Popular, se han presentado diez novedades de esta clase.
La situación ocurre en medio de un estado de excepción declarado tras la explosión en el Cristo del Consuelo que causó cinco muertos y 17 heridos. (I)