Tres ciudadanos fueron aprehendidos por el presunto delito de robo de vehículos y que luego vendían sus partes en distintas ciudades del país.

La Policía, a través de la Unidad Nacional de la Brigada Anticriminal, ejecutó un operativo que permitió la aprehensión de esas personas que serían integrantes del grupo delictivo Los Lobos.

La entidad policial informó que, mientras se ejecutaba un operativo en sectores de alta incidencia delictiva de la ciudad de Quito, orientado a reducir los delitos de acción pública, se identificó a tres sujetos que se movilizaban en un vehículo en el sector de Iñaquito y observaron cómo uno de ellos forzaba las seguridades de un automóvil estacionado. Posteriormente, el antisocial encendió el vehículo y huyó del lugar.

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Los efectivos policiales iniciaron una persecución ininterrumpida que finalizó en el sector de Carapungo, extremo norte de la urbe, donde fueron interceptados y aprehendidos.

Los capturados fueron identificados como:

  • Édison G., de 48 años, con ocho detenciones por robo, asociación ilícita y ocultación de cosas robadas.
  • Luis S., de 73 años, quien registra antecedentes por asociación ilícita, ocultación de cosas robadas, falsificación de moneda, falsificación de firmas y estafa. Ha sido detenido en seis ocasiones.
  • Daniel M., de 47 años, quien registra trece detenciones por robo, tráfico ilícito y ocultación de cosas robadas.

El ‘modus operandi’ de la red criminal

El modus operandi de la estructura criminal consistía en recorrer zonas de alta afluencia vehicular, donde identificaban vehículos estacionados que presentaran vulnerabilidades en sus sistemas de seguridad.

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Una vez seleccionado el objetivo, uno de los sujetos asumía el rol de seguridad, permaneciendo en su vehículo o circulando en los alrededores para vigilar el entorno y alertar sobre la presencia de ciudadanos o personal policial, para garantizar que el ejecutor actuara sin ser detectado.

Luego, el ejecutor descendía del vehículo y, utilizando herramientas especializadas como llaves manipuladas o “bellas”, forzaba las seguridades del automotor seleccionado hasta lograr encenderlo en pocos segundos. Tras lograr la sustracción, ambos automotores emprendían la huida de manera coordinada.

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El vehículo de apoyo cumplía funciones de cobertura, avanzando delante o detrás del vehículo sustraído para dificultar o bloquear una eventual persecución policial.

Finalmente, el vehículo robado podía ser ocultado temporalmente, desmantelado para la venta de autopartes o comercializado de forma ilegal.

Resultados del operativo y evidencia

Durante el procedimiento se identificaron como indicios del presunto delito un vehículo aprehendido, un vehículo recuperado y una terminal móvil.

Fueron puestos inmediatamente a órdenes de las autoridades competentes para su debido proceso, informó el Ministerio del Interior. (I)

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