Más de 24 horas han pasado desde la masacre en el Centro de Privación de Libertad (CPL) El Oro n.º 1, en Machala, y decenas de familias permanecen en vigilia a la espera de noticias de sus seres queridos en los exteriores del reclusorio.
El saldo oficial es de 16 fallecidos: quince privados de libertad y un guía penitenciario, según la Policía Nacional. Pero mientras las autoridades realizan pericias e investigaciones, los familiares siguen sin saber si sus seres queridos están vivos, heridos o entre las víctimas mortales.
“Estamos mal porque no sabemos nada, pueden estar muertos y nosotros no sabemos nada”, relató con desesperación la madre de uno de los reos.
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Otra mujer, quien viajó desde Tumbes, Perú, para buscar a su hijo de 19 años, explicó que desde las 06:00 permanece afuera del penal sin recibir respuesta. “Nos mandan al hospital, luego al centro forense y nadie da razón”, expresó entre lágrimas.
Otros familiares confirman la incertidumbre. “Nos dijeron que a las cuatro de la tarde darían una lista, pero nada. Solo dicen que esperemos”, lamentó un padre que no ve a su hijo desde hace cinco meses.
A su lado, decenas de personas rezan y se aferran a la esperanza de que los internos estén a salvo.
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La escena en los alrededores del penal es de desesperación. Madres, esposas, abuelos y hermanos llegaron desde cantones cercanos e incluso de otros países para exigir respuestas.
Algunos cargan carteles y fotos; otros, solo lágrimas y una angustia que no cede. “Quiero saber algo de mi hijo, aunque sea que está herido. No puedo irme sin una respuesta”, expresó una mujer que durmió en la acera.
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El operativo policial continúa dentro del CPL, luego que los equipos de Criminalística y Fiscalía realizaron el levantamiento e identificación de los 16 cuerpos.
Sin embargo, hasta la tarde de este martes 23 de septiembre, ninguna autoridad ha entregado un listado oficial de heridos y de los fallecidos.
“Nos tienen de un lado a otro y nadie da una versión clara”, reclamó un tío que buscaba a su sobrino.
Las palabras de otra madre reflejaron la impotencia colectiva: “Cinco meses sin verlo, sin visitas, y ahora ni una noticia. Ellos son los responsables de su custodia, deben informarnos”.
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Varios familiares aseguraron que han recorrido hospitales y el centro forense sin obtener datos certeros, solo rumores.
Fuentes policiales indicaron que la revuelta comenzó durante la madrugada del lunes 22 de septiembre, cuando un grupo de internos atacó a otros mientras dormían.
Por ahora, el ente competente, SNAI, no ha informado nada sobre las víctimas, pero la demora mantiene a los parientes en vilo, bajo el sol y la lluvia. Muchos ya suman dos días de espera sin dormir.
Pasadas más de 24 horas, el ambiente en los exteriores del CPL El Oro n.º 1 es de incertidumbre total. Los familiares aguardan por respuestas al pie de unas rejas instaladas a dos cuadras del acceso principal.
“No podemos irnos sin saber, es nuestro hijo, es nuestra sangre”, gritó una mujer entre sollozos. (I)