Luego de tres días de violentos ataques a unidades policiales, gasolineras, centros médicos, supermercados, entre otros espacios, en Guayaquil muchos de los habitantes optaron por quedarse en casa pese al feriado nacional por Día de Difuntos e Independencia de Cuenca, que se inició este jueves y terminará el domingo.
Pese a que este viernes, 4 de noviembre, hasta el momento no se han reportado ataques violentos como los ocurridos entre martes y jueves, las calles porteñas estuvieron parcialmente vacías en la mañana. Durante estos atentados criminales han sido asesinados cinco policías.
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Poco movimiento vehicular se registró en Guayaquil, Durán y Samborondón la mañana de este viernes. Así lo evidenció un equipo de EL UNIVERSO que hizo un recorrido por sectores de estas localidades que integran la Zona 8.
En Durán, los negocios estuvieron cerrados, algunas de las Unidades de Policía Comunitaria (UPC) vacías y la gente salió con temor incluso a comprar a la tienda de la esquina.
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“No sabemos qué puede pasar, ni siquiera a los niños los dejamos salir a jugar porque en cualquier momento hay otro bombazo”, expresó una moradora del centro de Durán.
En esa misma tensión permanecen quienes viven cerca de gasolineras y peor aún quienes laboran en las estaciones de carga de combustible.
José L., despachador de una gasolinera de Durán, confesó que estaba preocupado y veía a todos lados mientras cumplía su trabajo. Contó que los administradores han reforzado la seguridad privada en su sitio.
En Guayaquil también hubo poco movimiento este viernes. Durante las primeras horas algunas personas salieron a buscar qué desayunar en Sauces, pero en la Alborada no había tantos clientes en las cafeterías.
Algunos negocios permanecieron cerrados.
En Samborondón tampoco hubo mucho movimiento. En los centros comerciales pocas personas hacían compras y regresaban a sus casas.
En cuanto a la presencia de policías también se vio a pocos uniformados en las calles. No hubo militares en los sectores antes mencionados.
Incluso algunas UPC de Sauces y Alborada estaban cerrados esta mañana. En Guayacanes sí atendían pero con precaución.
Todos los patrulleros estaban estacionados afuera y con la mano en el arma el policía de turno se asomaba a la puerta para ver quién se acercaba al retén, no sin antes avisar a sus compañeros para que estuvieran en guardia. (I)