El 15 de junio del 2024, una mujer acordó con su pareja que cuidara a su hijo de 4 años mientras ella iba a salir a trabajar.
Santiago David A. V., la pareja sentimental de la mujer, llegó a la casa después de que ella salió.
Poco después, el hombre supuestamente envió un mensaje a la mujer para informarle que el menor se cayó y que presentaba golpes en el rostro y no reaccionaba.
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Ambos acordaron encontrarse en un punto intermedio para llevarlo a una casa de salud. Cuando llegó, el menor no reaccionaba.
El infante llegó sin signos vitales al hospital San Francisco. Aunque los intentos por reanimarlo se extendieron por más de 20 minutos, no respondió. Se lo declaró muerto.
La autopsia y exámenes legales revelaron algo macabro. No solo había sido golpeado, sino posiblemente abusado.
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Se determinó que la causa de muerte fue violenta, producto de politraumatismos provocados con un objeto contundente.
La perita que examinó el cuerpo determinó que las lesiones fueron ocasionadas poco antes del deceso.
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Una pericia de exhumación además reveló lesiones en las partes íntimas del niño, lo que hizo presumir un posible episodio de abuso sexual.
En las investigaciones se evidenció la presencia de proteína P30 (fluido biológico del procesado) en el pantalón que el pequeño vestía el día de su muerte. Una pericia de ADN identificó el perfil genético del niño en prendas de vestir del sentenciado.
Con los elementos recopilados, el sospechoso fue llevado a juicio por el asesinato.
La pena impuesta fue de treinta y cuatro años y ocho meses de privación de libertad, la máxima sanción contemplada en el Código Orgánico Integral Penal (COIP) para el delito de asesinato agravado.
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El acusado fue sentenciado con base en el artículo 140, numerales 2, 6 y 7 del COIP. Se aplicaron las circunstancias agravantes establecidas en el artículo 47, numerales 5, 9 y 11 de la misma norma.
Durante el juicio, la fiscal del caso también demostró que la víctima era objeto de maltratos. Entre las pruebas presentadas constan las transcripciones de los mensajes de voz enviados por la madre del niño al procesado, en los que se evidencian insultos y gritos a su hijo.
Según la Fiscalía, los jueces también ordenaron la apertura de una investigación por presunto delito de violación, que pudo haberse cometido contra el niño.
La madre –vinculada al proceso– se encuentra prófuga y con orden de captura vigente.
Además, el Tribunal de Garantías Penales ordenó la apertura de una causa por presunto homicidio culposo contra el padre del infante, por presuntas omisiones y negligencia en su cuidado.