La destitución inmediata de toda la cúpula de la Policía Nacional fue uno de los pedidos de organizaciones feministas como una respuesta al asesinato de María Belén Bernal, en manos presuntamente de su esposo, Germán Cáceres, oficial de esa entidad, quien se encuentra prófugo y con una difusión roja de Interpol, que permite su búsqueda y captura en casi 200 países.