Dylan, un joven de 15 años, permaneció encadenado en su casa hasta esta semana para evitar salir a la calle y conseguir drogas. Él pidió a su padre que lo inmovilizara porque sabía que no iba a aguantar las ganas de salir a consumir.

Tiene varios años luchando con la adicción y su familia cuenta que varias veces lo ha encontrado en la calle deambulando y pidiendo comida tras haber probado algunas sustancias.

Hace pocos días fue llevado al hospital Bicentenario para su desintoxicación e ingreso al programa municipal Por un Futuro Sin Drogas.

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Dylan debe enfrentarse a lo más duro: diez días de desintoxicación en los que puede tener síntomas como dolor de cuerpo, diarrea, mareos, náuseas, fiebre, escalofríos, ansiedad, insomnio, entre más.

Ese es el camino complejo que miles de jóvenes deben transitar cuando quieren dejar las drogas debido al policonsumo (consumo de varias sustancias), pues se ve agravada su adicción y se enfrentan a un síndrome de abstinencia más duro.

Tres expertos consultados cuentan las consecuencias y cómo los jóvenes hacen estas mezclas para conseguir sensaciones más intensas.

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Julieta Sagñay, experta en tratamiento de adicciones y líder del programa Por un Futuro Sin Drogas, asegura que el panorama del consumo de sustancias cada vez empeora.

Ella explica que, además de su adicción, los pacientes están teniendo problemas mentales, problemas psiquiátricos, trastornos muy severos; y además menciona que el síndrome de abstinencia no es tratado de manera adecuada la mayoría de las veces.

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Los chicos consumen H con pastillas, se llaman dormilón; H con cocaína, capuchino; H con marihuana, mariachi; y un sinnúmero de otras sustancias que se encuentran en las pruebas de droga, como metanfetaminas.

Están mezclando drogas, esto ha abierto la ventana para las enfermedades mentales de alguien que sea vulnerable o esté predispuesto genéticamente a tener una enfermedad mental. Nosotros estamos atendiendo pacientes con muchos cuadros psicóticos, indica la psiquiatra que trabaja con jóvenes en desintoxicación.

El mayor Washington Orquera, subjefe de Antinarcóticos de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), explica que lo más común es iniciar con marihuana y luego mezclarla con cocaína.

Pero menciona también que muchos consumen cocaína y cuando el efecto está bajando, usan la heroína para no sentir el bajón.

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La mezcla del alcohol (depresor) con cocaína (estimulante) también es muy común. La gente que bebe para activarse y no quedarse dormida consume cocaína, pero al hacerlo se vuelve agresiva.

La captura de droga ha aumentado en Ecuador. Guayaquil es un puerto por el que circula la droga que entra por la frontera. API Foto: API

Orquera también explica que la heroína que venden en Ecuador es de bajísima calidad, “es la basura de la heroína”.

La heroína (droga semisintética) es la más costosa, por eso se le aumenta con otras sustancias como desparasitante animal, tiza y otros químicos para quemar el reactivo (a este proceso se le llama corte).

De un bloque de heroína se pueden sacar 20 y al tener concentraciones tan bajas de la droga se necesita a las pocas horas una dosis, a las cuatro y cinco horas.

Con el mayor Orquera concuerda el psicólogo Luis Enrique Guerrero, director del Centro de Desintoxicación Libertadores del Ministerio de Salud Pública.

En ese espacio, ubicado en Los Ceibos, se rehabilitan actualmente quince menores de edad y el profesional cuenta que precisamente estas mezclas han causado que la dependencia (síndrome de toleración) sea mucho más rápida y que la abstinencia en sus pacientes sea más dura.

Por eso destaca que trabajan en un programa que dura entre de seis y nueve meses con jóvenes que están volviendo a estudiar y que los mantienen ocupados todo el tiempo en terapias y actividades recreativas.

Drogas poco comunes

El agente de Antinarcóticos menciona que en Ecuador casi no hay drogas como el éxtasis, los ácidos y las metanfetaminas, estas sustancias son mucho más fuertes y caras que la cocaína o la marihuana.

“Normalmente ingresa en pequeñas cantidades desde México porque cada pastilla de éxtasis cuesta al menos $ 20″, comenta Orquera, quien destaca además que la metanfetamina (que se crea en un laboratorio) es una de las drogas más adictivas y destructivas.

A los consumidores de “meta” se les caen los dientes, desarrollan manchas en el cuerpo y se les consume el calcio de los huesos

También está la droga denominada krokodil (cocodrilo), que hace algunos años causó terror en Brasil cuando se viralizaban videos de quienes la consumían actuando de forma salvaje.

Los narcos en Brasil y Rusia extraen la codeína de los antigripales, lo hacen con fósforo, acetona y ácido clorhídrico, crean una heroína superbarata que produce que se vaya secando esa parte del cuerpo donde se inyecta. Tienen hasta ataques epilépticos, detalla el agente de Antinarcóticos.

¿Dónde acudir?

El programa Por un Futuro Sin Drogas atiende de forma gratuita en los siguientes lugares: Clínica Móvil n.º 30, hospital municipal Bicentenario, dispensario municipal de Fertisa, hospital del día Zumar y Centro de Desintoxicación de Adicciones Municipal de Mujeres (Cetad).

El MSP tiene cuatro centros de rehabilitación en la Zona 8, pero para ser derivados deben pedir una consulta psicológica en un centro de salud y ahí el profesional decide si se debe derivar al paciente. Además, si el consumidor no va de forma voluntaria, no es admitido. (I)