En julio del 2012, Galo Chiriboga, fiscal durante el gobierno de Rafael Correa, anunció que Álex Vicente Cedeño Molina sería parte del programa de víctimas y testigos para proteger su vida y la de su familia.
Cedeño Molina, asesinado la noche de este lunes, 21 de marzo, en el norte de Guayaquil, había sido una pieza clave para la Fiscalía de ese entonces dentro del caso del triple asesinato en Quinsaloma, en el que se involucró al exlegislador Galo Lara.
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A Cedeño lo asesinaron a tiros a la altura de la intersección de las calles Jorge Jara Grau y Rosa Campuzano (2.º Pasaje 32NO), pasadas las 18:00. Iba conduciendo una camioneta. Según las primeras indagaciones, el ataque fue ejecutado por personas que transitaban en un automotor a pocos metros del semáforo de esa zona. Testigos narraron que escucharon una ráfaga de disparos.
Hace una década, Cedeño fue interrogado por Galo Chiriboga. Ante él dijo que era compadre de la familia asesinada, Llanos Parco, y que Galo Lara y Carolina Llanos “amenazaron de muerte a su compadre Carlos Humberto Llanos, unos días antes del crimen”.
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Dentro de su versión, Cedeño indicó que Llanos, a quien se vinculó como presunta autora intelectual de este triple homicidio, supuestamente mantenía una relación sentimental con Humberto Llanos, según divulgó la Fiscalía en ese momento.
El 4 de agosto del 2011, en el recinto Balserío, fueron asesinados tres integrantes de una misma familia: Ángel Carlos Humberto Llanos Avendaño; su esposa, Silvia Parco Valverde; y su hijo Carlos Augusto.
Cedeño no era un testigo con un pasado judicial intachable. Años antes, su nombre había estado involucrado en varios procesos judiciales, incluso por delitos contra la vida.
En el 2002, Cedeño estuvo involucrado en un crimen ocurrido en una gallera de San Juan, en Puebloviejo, Los Ríos. El caso no prosperó. La familia de la víctima optó por no denunciarlo como actor del caso, porque adujo que no podía involucrarlo.
También estuvo relacionado con el asesinato del dirigente deportivo Joselo Rodríguez, ocurrido ese mismo año en la vía Jujan-Yaguachi. Rodríguez había sido dirigente del Santa Rita y su nombre había saltado en una trifulca en la que se agredió a Hernán Darío Gómez, entonces seleccionador de Ecuador.
La Policía incluso llegó a señalar a Cedeño en el crimen de Rodríguez. En ese momento se dijo que Rodríguez tenía una deuda de 30.000 dólares con Cedeño Molina. Marco Morales, entonces jefe de la Policía Judicial del Guayas, dijo que los agentes capturaron, un fin de semana, a Pedro Aníbal Cedeño Anzules, quien en los interrogatorios confesó que “la orden para ejecutar el crimen la dio Cedeño Molina, autor material e intelectual”. Sin embargo, después fue sobreseído.
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Galo Lara, quien fue condenado a diez años por los crímenes de Quinsaloma, dice que Cedeño fue el hombre que sacaron de la cárcel, donde estaba recluido por el crimen de un gallero en Puebloviejo, para a cambio hacerlo testigo en su contra.
El exlegislador señaló que “este sujeto estaba pidiendo algo a cambio de su silencio”.
“Ahora vemos cómo los que armaron la persecución son los que se están deshaciendo de la evidencia. Antes de salir de prisión, yo perdoné a mis perseguidores, a todos”, dijo. (I)