En la 17 y Cuenca, en el suburbio de Guayaquil, hay temor. El atentado contra dos agentes policiales que estaban a bordo de un patrullero en esta zona despertó la incertidumbre entre vecinos.
Los cabos Eduardo Contreras Montaya y Estalyn Chunata Martínez fueron los asesinados.
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Aquel fue uno de los hechos en cadena reportados esta madrugada de 1 de noviembre. Estos ataques incluyeron tres detonaciones con el uso de explosivos en Esmeraldas y seis en Guayaquil.
Los incidentes arrancaron a las 01:05 y terminaron a las 03:24. En ese lapso de 139 minutos ocurrieron los doce, lo que implica que en promedio de tiempo cada uno se dio cada 11 minutos y 35 segundos.
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La zona de la 17 y Cuenca es bastante comercial: allí están ubicados negocios de llantas, talleres mecánicos, farmacias y tiendas.
Alarmados, este martes 1, los trabajadores y demás moradores del sector permanecían reunidos en las esquinas de la 17 intercambiando los pocos detalles que conocían del hecho violento registrado en la madrugada.
Uno de los encargados de los locales ubicados en el sector afirmó que, aunque se han registrado asesinatos en esa zona, es la primera vez que se da un ataque en contra de uniformados.
Una de las últimas muertes que se registraron fue en la 17 y Gómez Rendón, contra una mujer que salía de un restaurante. Asimismo, hubo otra muerte violenta en Capitán Nájera.
”Cómo nos vamos a sentir seguros y cómo vamos a vivir tranquilos si matan a los mismos policías”, afirmó.
Durante el ataque a bala a los uniformados, una tienda de jugos quedó afectada en su puerta y en parte de la fachada. Al menos tres orificios quedaron en las paredes y restos del cemento quedaron esparcidos en el suelo.
La mañana de este martes 1, la dependiente del lugar llegó a abrir el local, ubicado frente al sitio en donde los uniformados fueron abatidos. Algunas máculas de sangre aún se veían sobre el pavimento.
”Nos enteramos de lo que había pasado en las noticias. Asustados y con miedo, pero se debe de trabajar”, dijo la mujer, quien afirmó que la juguería se abre tarde y cierra temprano por la cantidad de robos que se dan en la zona.
Otro trabajador de un local de llantas dijo tener temor de que este tipo de sucesos se den en horas de la mañana, cuando el flujo de usuarios es mayor.
Un arrendador de la zona afirmó que aproximadamente a las 04:00 salió a la calle para conocer ciertos detalles de lo que había sucedido, porque empezó a escuchar el sonido de las sirenas.
“Yo pensé que estaba dormido en el carro, y luego ya los policías me dijeron: ‘Señor, está muerto’”. El hombre contó que vio el otro cuerpo cerca del patrullero, pero ya estaba tapado con una sábana.
En rueda de prensa, el Ministerio de Interior detalló que suman 61 agentes los que han muerto en actos de servicio. (I)