La angustia por saber de su hermano, quien fue baleado en el malecón de Puerto Bolívar, lo llevó a esperar en el exterior del hospital Teófilo Dávila de Machala, sin imaginarse que su vida ya estaba marcada con un final.

Ángel Joseph Noboa González, de 26 años, permanecía sentado cerca de la entrada de emergencia, cuando un sicario se acercó como un transeúnte y lo atacó sin darle opción de escapar.

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Testigos comentaron que Joseph llevaba horas allí, moviéndose entre llamadas y preguntas a los médicos, intentando saber si su hermano, Edwar N., sobreviviría al ataque de la noche anterior, donde falleció William “Tigre” Sánchez.

La familia ya estaba golpeada… y la tragedia no había terminado, lamentaron allegados.

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El sicario llegó directo. Accionó el arma y descargó varias balas contra Joseph, quien cayó gravemente herido frente a la mirada de quienes aguardaban en la vereda. La escena se llenó de gritos y de personas que corrían hacia la sala de emergencias.

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El joven fue ingresado de inmediato por los paramédicos del propio hospital, pero el daño era irreversible. Minutos después se confirmó su muerte, sumiendo a su familia en un estado de desesperación.

Mientras tanto, dentro del hospital, los médicos luchan por mantener con vida a Edwar N., cuyo estado es crítico tras recibir un impacto de bala en la cabeza. En cuestión de horas, la familia pasó de una preocupación intensa a un doble golpe.

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La Policía Nacional acordonó el área, levantó indicios y revisó cámaras de seguridad para reconstruir el ingreso y la ruta de huida del atacante. No descartan que ambos hechos estén conectados, aunque la investigación sigue abierta.

Los agentes señalaron que se trataría de un ataque dirigido y que el sicario sabía exactamente a quién buscaba. Su aparición en la zona del hospital no habría sido casual. (I)