Esmeralda Aguilar Bolaños tenía 55 años cuando fue asesinada a pocos metros de la iglesia San Francisco, en el centro de Guayaquil, el 9 de septiembre del 2021. Era una vendedora de lotería que trabajaba desde hace casi 40 años en un puesto que había heredado de su madre.

Dos encapuchados en moto se le acercaron y le dieron un tiro en la cabeza a las 21:00, minutos antes de que cerrara su pequeño quiosco y caminara a su casa.

Esmeralda ese día debía acudir a la Fiscalía para ampliar su versión tras denunciar once meses antes a su yerno, José Luis V. V., por supuestamente violar a su hija menor, desde los 8 años.

Publicidad

Para entonces, la víctima ya tenía casi 16 años y durante algunos años había vivido con su hermana mayor, Yanina A. y con el sospechoso.

Comerciante fue asesinada en la plaza San Francisco, en el centro de Guayaquil

La madre ese día no acudió a la Fiscalía. Había recibido todo tipo de amenazas no solo de su yerno, sino también de Yanina, revela hoy la familia tras 22 meses de su asesinato.

En esos días, según los familiares, le había puesto un explosivo en la entrada de la casa de un hijo de Esmeralda y también acudieron al negocio de otra de las hijas de la hoy occisa y le tomaron fotografías.

Publicidad

“Ese hombre entró a mi estética, se hizo manicura, preguntó por mí y por mi negocio y luego cuando se iba me tomó varias fotos. Mi negocio estaba en el edificio San Francisco 300, frente al quiosco de mi mami y eso fue unas horas antes de que la mataran”, revela Julia A., la hija de Esmeralda, que hoy consta como acusadora particular tanto de la violación de la menor como del asesinato de su madre.

Ella acusa directamente a su cuñado José Luis V. V. y a su hermana mayor, Yanina. Contra ambos hay un juicio abierto por el delito de violación.

Publicidad

Julia revela que tras la muerte de su madre no volvió a su negocio, tuvo que abandonar la ciudad y vendió todo “a precio de gallina con peste” para alejarse con sus hijos y ponerse a buen recaudo por las amenazas recibidas.

Su hermana menor, la víctima del abuso, también debió salir de la ciudad con el resto de la familia.

Incluso, comenta Julia que le tocó abandonar sus estudios. “Me faltaba año y medio para terminar mi carrera y graduarme como abogada, pero ellos aseguran que nosotros solo queremos sacarles plata”, insiste la mujer, que añade que todavía no hay detenidos en ninguno de los dos casos.

“La justicia es lenta y les han permitido huir hasta con certificados de salud falsos que han presentado”, comenta Julia.

Publicidad

Ella se refiere a las medidas cautelares que fueron otorgadas en 2021 a su cuñado José Luis V. V. porque supuestamente tenía COVID-19. Meses después se comprobó que el certificado médico era falso. Incluso el médico fue a la Fiscalía para declarar que esa no era su firma ni su sello.

El abogado Marco Dioses lleva ambos casos y espera que el proceso de juicio por el delito de violación se retome contra José Luis V. V. y contra Yanina A. FOTO: Jorge Guzmán Foto: El Universo

Luego, el 23 de febrero del 2022 a José Luis V. V. recién le dictaron prisión preventiva tras el inicio del juicio contra él y su esposa. Yanina continúa con medidas cautelares.

“Para entonces el violador ya estaba prófugo y aún no ha sido capturado. Incluso se emitió una alerta a la Interpol”, dice el abogado Marco Dioses, quien asesora a la familia en ambos casos.

La víctima reveló la verdad en 2020

En 2020, durante los meses de pandemia, la menor abusada volvió a vivir con su madre, porque José Luis V. V. y Yanina se fueron a Quito. Mientas Esmeralda convivía con su hija menor notó que tenía cortes en los brazos y que siempre estaba deprimida. Luego de varias semanas, le reveló que desde los 8 años sufría abusos de su cuñado.

La adolescente contó que hasta los 11 años solo habían sido tocamiento, pero desde entonces el hombre había consumado la violación que se volvió sistemática.

La menor incluso reveló a su madre que Yanina ya lo sabía y que le había dicho: “De alguna forma tienes que descontar lo que comes”.

Entonces, Esmeralda llamó a su hija Yanina a reclamarle y le dijo que denunciaría en la Fiscalía el abuso, dice Julia A.

Pero el 12 de octubre del 2020, la adolescente fue secuestrada y víctima de una violación grupal cuando caminaba por el centro de Guayaquil.

En el proceso judicial constan las diligencias de reconocimiento del edificio donde Mariana dice que fue víctima de una violación grupal en octubre del 2020 tras contar a su madre que su cuñado abusaba de ella desde los 8 años. Su madre fue asesinada en 2021 por supuestamente denunciar la violación. Su yerno y su hija mayor son procesados por el delito sexual.  Foto Jorge Guzmán  Foto: El Universo

La menor reveló que tres hombres desconocidos la metieron en un carro rojo y que en el vehículo estaba José Luis V. V., su cuñado, quien asegura que le dijo, “ahora vas a ver lo que te va a pasar por abrir la boca”.

El delito de violación se denunció unos días después y Esmeralda contó a la fiscal que incluso llegaban hombres a su casa y trataban de meterse cuando la víctima estaba sola.

“La niña era constantemente acosada”, refieren ahora sus hermanos.

Aunque el proceso de violación ha avanzado y ahora están en etapa de juicio contra Yanina (tiene medidas alternativas), el caso está suspendido para José Luis V. V. hasta que sea capturado.

El lunes 17 de julio debía reinstalarse el juicio contra Yanina A., pero la audiencia se canceló a pedido de la nueva fiscal del caso, quien dijo que necesitaba más tiempo para ponerse al día con el proceso.

Ese día afuera del Albán Borja, allegadas a Esmeralda y su hija se desangraron en señal de protesta. Los hijos de la fallecida no acudieron, se iban a conectar de forma telemática porque aseguran que siguen bajo amenaza.

Yerno e hija de mujer asesinada en plaza San Francisco de Guayaquil son llamados a juicio

Con respecto al asesinato de Esmeralda, el caso sigue en investigación previa.

El abogado Dioses cuenta que tras el crimen se realizaron algunos allanamientos y que se decomisaron celulares que fueron analizados.

“La Fiscalía ha solicitado a estos sospechosos que vayan a rendir su versión libre y voluntaria y por supuesto los sicarios no han acudido a declarar”, asegura el abogado de la familia Aguilar que se queja del lento proceso.

Los hijos de Esmeralda esperan que los sicarios sean capturados y sentenciados, pero lo que más anhelan es que los autores intelectuales del asesinato de la comerciante sean identificados y llevados también ante los tribunales. (I)