La veeduría internacional de derechos humanos en el caso de Jorge Glas expresó su profunda preocupación ante el informe psiquiátrico elaborado por la doctora Ángela Salazar sobre el exvicepresidente. En la evaluación psiquiátrica se determinó que Glas presenta un trastorno depresivo grave, acompañado de un riesgo suicida alto.

Frente a estos cuestionamientos, la veeduría internacional exige la realización urgente de una nueva evaluación psiquiátrica independiente, conforme a estándares inernacionales, con participación de profesionales imparciales nacionales e internacionales. según consta en un comunicado.

La veeduría está conformada por especialistas internacionales en psiquiatría forense, psicología clínica, medicina penitenciaria y derechos humanos.

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Según la veeduría, este informe, emitido el 11 de junio de 2025 por encargo del Ministerio Público, “adolece de deficiencias graves de fondo y forma, contradice estándares internacionales en salud mental, y vulnera garantías fundamentales del evaluado, actualmente privado de libertad a pesar de las medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)”.

En el comunicado, la veeduría dice que el peritaje no incluye ningún diagnóstico clínico categorial, a pesar de describir una sintomatología severa y persistente.

“Tal omisión vulnera principios esenciales de la práctica psiquiátrica forense, como la obligación de emplear clasificaciones diagnósticas reconocidas internacionalmente, especialmente en casos en que el estado mental afecta directamente la integridad y el derecho a la vida del detenido”, recogen.

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Asimismo, dicen que el informe omite hechos clínicos sustanciales, como el intento de suicidio por sobredosis cometido por el Sr. Glas el 8 de abril de 2024, documentado por médicos tratantes y personal penitenciario.

“Estas omisiones no son simplemente fallas técnicas: constituyen una violación del principio de no maleficencia médica, del derecho a la atención integral en salud mental, y del deber de garantizar peritajes objetivos y completos”, mencionan.

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La veeduría sostiene que “la perita omite deliberadamente el reconocimiento de cualquier cuadro clínico, dejando entrever una sospecha implícita de falsedad en el discurso del paciente”.

En el comunicado, la veeduría advierte que “no puede alegarse simulación sin pruebas objetivas, test estandarizados y análisis clínico riguroso”.

Además que “el cuadro psiquiátrico de Glas ha sido coherente, persistente y evaluado durante más de cinco años por más de una docena de profesionales independientes”, y que “sugerir falsedad sin evaluación constituye una forma de revictimización médica e institucional”.

La veeduría sostiene también que se ha producido un “linchamiento mediático que contribuye a la persecución política en contra de Glas”, al difundirse este informe en medios de comunicación.

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Por su parte, demandan la garantía inmediata del derecho de Glas a un tratamiento médico-psiquiátrico adecuado, fuera del entorno penitenciario de máxima seguridad que agrava su condición clínica. (I)