Todos concuerdan en que vivieron una película de terror en Ucrania. Veían a niños llorando, personas empujándose y arañándose por subir al tren, algunos desmayados, otros abrazándose para soportar el fuerte frío por las noches. Estas escenas Solange, José y otro compatriota, quien prefirió la reserva de su nombre, jamás la olvidarán.