Sirenas y caravanas de vehículos blindados y cubiertos por escuadrones de policías y militares portando armas largas protegían a ministros de Estado, comandantes de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional que llegaban hasta el Palacio de Gobierno, en Quito, lo que llamó la atención de vendedores ambulantes, mendigos y la gente que camina diariamente por el sector.