Aunque faltan 37 días para la segunda vuelta presidencial, la denominada “unidad de las izquierdas” podría revivir para inclinar el apoyo político hacia la candidatura de Luisa González Alcívar, de la alianza correísta Revolución Ciudadana (RC) y Renovación Total (RETO), listas 5-33.
Este fin de semana augura ser de definiciones para el movimiento político Pachakutik (PK) y el Partido Socialista Ecuatoriano (PSE), que mantendrán debates internos para convocar a su militancia a tomar una postura para la segunda vuelta.
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Las dos agrupaciones políticas corrieron con binomios presidenciales en la primera vuelta del 9 de febrero pasado y alcanzaron bajos porcentajes de la votación nacional de entre dieciséis listas que participaron.
Pachakutik, con Leonidas Iza y Katiuska Molina, alcanzó el tercer puesto, con el 5,2 % de la votación, equivalente a 538.444 votos.
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El Partido Socialista, con Pedro Granja y Verónica Silva, obtuvo el 0,53 %, equivalente a 53.945 votos.
Para el balotaje del 13 de abril, Luisa González y Diego Borja, de la alianza RC-RETO, se disputan la Presidencia de la República al llegar con el 43,97 % (4′507.672 votos), con una diferencia de poco más de 19.000 votos con respecto a su oponente, el actual presidente de la República y candidato por Acción Democrática Nacional (ADN), Daniel Noboa, que sumó el 44,17 % (4′527.428 votos).
Antes del sufragio, los dos presidenciables tendrán dieciocho días —del 24 de marzo al 10 de abril— para promocionarse y a su proyecto de gobierno y buscar aliados que atraigan la simpatía del electorado.
Para apoyar la candidatura del correísmo, la alternativa es reactivar la plataforma electoral de la “unidad de las izquierdas” que se constituyó en julio del 2024, con la idea de armar listas de candidatos en alianza para la Presidencia de la República, la Asamblea Nacional y el Parlamento Andino, aunque no tuvo éxito.
De las cinco organizaciones políticas nacionales que formaron parte de los diálogos, solo la RC y RETO, que mantenían conversaciones previas, formaron la coalición. Las otras cuatro agrupaciones participaron con sus listas propias.
A este llamado a la unidad, que lo propiciaron dirigentes de agrupaciones indígenas, se presentaron Luisa González, de la RC; el excandidato presidencial y líder de Centro Democrático (CD), Jimmy Jairala; Gustavo Vallejo, presidente del PSE; y Pachakutik, con Leonidas Iza y Guillermo Churuchumbi.
Después de algunas semanas de conversaciones se elaboró un documento de “acuerdos mínimos” que asimiló a un programa de gobierno de unas 25 hojas —que se mantiene en reserva— y que recogía los principales ejes de los planes de trabajo de los candidatos presidenciales.
Anticipándose a los resultados electorales de la primera vuelta, esta facción, que se proclama de centroizquierda, comprometió a sus líderes a que, si no alcanzaban la Presidencia, darían “apoyo al binomio presidencial que pase a la segunda vuelta”. En este caso a Luisa González.
El Partido Socialista se reuniría este 8 de marzo en un debate de “alto nivel” con la intervención de su directiva nacional para concretar la línea de apoyo y proponerla a sus afiliados.
El presidente del partido, Gustavo Vallejo, adelantó que González sería su alternativa, pues en la discusión interna “prácticamente está descartado un apoyo al presidente Daniel Noboa”.
Si bien reconoce un “montón de peros de la Revolución Ciudadana”, cree que el Gobierno de Noboa “no hizo lo que correspondía en una economía en crisis”.
Las posiciones en el partido están en dos líneas: promover el voto nulo, esto es, ni Luisa González ni Daniel Noboa; y la segunda, optar por entablar un diálogo programático con la RC.
“La posibilidad es tener una posición programática, pero no con el expresidente Rafael Correa, líder de la RC, sino con Luisa González”, precisó Vallejo en una entrevista en radio Centro de Quito.
Recordó la vigencia de esta “unidad de las izquierdas”, que dejó un documento de programa de gobierno, pero la alianza electoral no se concretó porque “cada sector tiene sus proyectos políticos”.
También queda el movimiento Pachakutik, que planifica tener un diálogo interno con las coordinaciones provinciales; así también la Ecuarunari y las confederaciones de Nacionalidades Indígenas de la Costa (Conaice) y de la Amazonía (Confeniae), regionales de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) para conocer a qué aspiran sus organizaciones de base.
Días atrás, en un consejo político para evaluar la participación de Iza en las elecciones, se acordó hacer una ‘consulta’ en las comunidades antes de tomar una decisión para evitar el fraccionamiento interno.
El expresidenciable de Pachakutik, Leonidas Iza, cree que motivar el voto nulo no es una opción; al contrario, hay que ir hacia una de las candidaturas, en cuyo caso con González tendrían un tiempo de seis meses a un año de “oxígeno” si llega a ganar en segunda vuelta.
No obstante, en el interior del movimiento indígena, con la Conaie, sus regionales y la militancia de PK, hay criterios divididos por temor a la administración que llevó a cabo el expresidente Rafael Correa en los diez años que estuvo en el poder.
En Chimborazo, por ejemplo, la Confederación de Movimientos Indígenas (Comich) anunció que no se alinearán a PK y habría un voto consciente dejando a sus afines en libertad. “Tenemos memoria”, dijo su presidente, Fernando Guamán, el 22 de febrero.
Así también, el Pueblo Sarayaku de Pastaza, reconocido en la Amazonía, difundió un comunicado el 28 de febrero que advierte que no pemitirán “jamás la ideologización de ningún partido o movimiento político” hacia sus comunidades.
De entre diez resoluciones expuestas, rechazan que las aspiraciones del movimiento indígena se “limiten a acuerdos parcializados o negociaciones por puestos políticos”.
“Nuestras organizaciones representativas y sus delegados deben ser coherentes y obedecer las decisiones de sus bases” y, a la par, se “deslindan de cualquier opinión parcializada o personalizada por parte de algún miembro del pueblo”, detalla la comunicación suscrita por Hernán Malaver Santi, presidente del Pueblo Sarayaku.
Leonidas Iza asegura que “no es propietario de nadie”, sino que es un dirigente y las decisiones se tomarán en una democracia comunitaria.
La expectativa es sostener diálogos entre sus miembros y el 15 de marzo instalar una asamblea ampliada en la que tomarían una decisión que incluya a los 53 pueblos y nacionalidades que son parte de la Conaie y de su brazo electoral, Pachakutik.
En el análisis de Iza, estos comicios mostraron una polarización y odio, y niega que tenga una afinidad hacia el correísmo y su líder Rafael Correa.
“Nosotros enfrentamos al Gobierno de Rafael Correa, de frente, pero en política no solo son emociones, sino hay que ser objetivos”, ha dicho en declaraciones de prensa.
Esta facción de la organización, bajo la dirección de Iza, recuerda que hay un compromiso tomado en la plataforma de la “unidad de las izquierdas” y espera que la candidatura de Luisa González acoja, al menos, cinco propuestas de su programa de gobierno.
Entre estas, no dar paso a la privatización de las empresas públicas y, al contrario, repotenciarlas y limpiar la corrupción.
“Salir con fuerza del extractivismo” e invertir en salud, educación, manifestó el dirigente, aunque ese apoyo no incluiría la idea de convocar a una asamblea constituyente.
En el caso del movimiento Centro Democrático (CD), se produjo una convención nacional el pasado 15 de febrero en la que se resolvió escuchar las propuestas de trabajo de los candidatos González y Noboa, indicó Eustorgio Tandazo.
Desde los colectivos ciudadanos han expresado su apoyo a González, una Asamblea Nacional Ciudadana que agrupa a unas 30 agrupaciones; también la Confederación de Pueblos y Organizaciones Indígenas y Campesinas del Ecuador (FEI) y el Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas Evangélicas del Ecuador (Feine), en los que militan asambleístas de la RC.
La Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (Fenocín), que preside Gary Espinoza, no ha tomado una postura oficial para el 13 de abril, aunque en los comicios pasados dejaron en libertad a sus organizaciones de base. (I)