El recinto aún no abría las puertas y la cola de sufragantes ya tenía unos 50 metros de largo. “¡Ya son las siete! ¡Tenemos que ir a trabajar!”, gritó un hombre con su mochila al hombro. La queja no tuvo efecto. Las mesas aún no estaban completamente instaladas, pues las dignidades seguían ingresando apresuradas al Colegio Central Técnico, en el centro-norte de Quito, por el otro extremo de la puerta. A las 07:04 se dio paso a todos.