Los dos años de una aparente tregua entre el Gobierno y los movimientos sociales por efectos de la pandemia del COVID-19 están llegando a su fin. Los manifestantes reactivarán la próxima semana medidas de hecho “pacíficas” con el objetivo de exponer sus demandas, justo cuando el presidente Guillermo Lasso anuncia que se terminará con las restricciones sanitarias.

Habían transcurrido cinco meses de las violentas protestas de octubre del 2019, que enfrentó el entonces presidente Lenín Moreno, cuando el 17 de marzo del 2020 decretó un estado de emergencia sanitaria que confinó a la población para evitar la propagación del virus.

Con ello, las manifestaciones de descontento social ante ese Gobierno y el actual también se paralizaron; pero no por una “tregua, sino por el miedo”, cree la catedrática y analista Alegría Donoso.

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“Más que una tregua, lo que hubo fue mucho miedo a la pandemia. Esto paralizó la producción, la economía, e hizo que los actores sociales y políticos se retiraran”, añadió.

El Frente Unitario de Trabajadores (FUT) y la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) protagonizaron varias movilizaciones en este intervalo, que no tuvieron los efectos esperados, por el poco respaldo ciudadano.

Mesías Tatamuez, presidente de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores (Cedocut), reconoció que los “procesos de lucha fueron duramente golpeados”.

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En medio de las restricciones sanitarias, el Frente Unitario de Trabajadores se movilizaba para hacer sus propuestas. En octubre fue hasta la Asamblea Nacional para presentar su propuesta de Código Orgánico de Trabajo. Foto: Cortesía. Foto: El Universo

“Mucha gente aprovechó el aislamiento y nos aislaron del reclamo. El FUT resistió e hicimos varias propuestas, plantones, movilizaciones, y por eso se nos atacaba diciéndonos que éramos locos. Pero nosotros impulsamos el proceso cumpliendo las medidas sanitarias, y eso nos ayudó a resistir como organizaciones”, contó Tatamuez.

No obstante, cree que en estos dos últimos años la “conflictividad social no bajó”, sino que aumentó. “El Gobierno de Lenín Moreno sacó esa ley humanitaria, que de humanitaria no tiene nada, y lo que hicieron es despedir a miles de trabajadores y le hicieron daño a la seguridad social. Y ese fue nuestro reclamo. Por eso, la conflictividad social no bajó; al contrario, se incrementó”, recalcó el dirigente sindical.

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En el último trimestre del 2021, el FUT poco a poco reactivó su presencia en las calles y convocó a una “jornada de lucha nacional” un 25 de octubre, a la que se unió la Conaie y otros sectores sociales, en este denominado Parlamento de los Pueblos, que estaba en contra del incremento de los precios de los combustibles extra y diésel que dispuso el presidente Guillermo Lasso.

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El régimen convocó a mesas de diálogo, pero eso no tuvo los efectos esperados y las medidas persistieron.

La Conaie, protagonista de los doce días de paralización nacional en octubre del 2019, participó en la jornada de octubre pasado bajo la presidencia de Leonidas Iza.

Aunque las acciones de hecho tenían el carácter de progresivas, se dispersaron en varias provincias de la Sierra y la Amazonía, y se mantuvieron por casi cinco días con el bloqueo de vías. Terminaron cuando comenzó el feriado nacional en conmemoración del Día de los Difuntos.

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Para mantener las alertas al Gobierno, Iza advirtió que habría movilizaciones permanentes en sus territorios, mientras que el FUT se concentró en asambleas internas.

Esto se mantuvo hasta enero pasado, cuando el gremio sindicalista llamó a una protesta nacional el 19 de enero del 2022. Pero el aparecimiento de la nueva variante ómicron, que incrementó los contagios, apagó la efervescencia popular.

Leonidas Iza, presidente de la Conaie, acompañaba manifestaciones realizadas en la Sierra en octubre del 2021. Foto tomada de la Conaie. Foto: El Universo

Tres meses después, el FUT retomará la movilización nacional este 23 de marzo, con consigna para que el Estado pague la deuda al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), exigir presupuesto para educación, salud y la generación de empleo.

Esto se da justo cuando, este viernes, el primer mandatario anunció que se levantan las medidas de restricción y se da paso a un aforo de 100 %.

La Conaie no ha anunciado si participará en esta convocatoria, pero su presidente, Leonidas Iza, anunció que en las próximas semanas realizará una marcha para acudir a la Asamblea Nacional y presentar una propuesta de ley de aguas, después de que la Corte Constitucional (CC) declaró inconstitucional la norma que estaba vigente desde el 2015.

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Para Alegría Donoso, en estos dos años “la Conaie perdió la brújula y, después de lo que pasó en octubre del 2019, hicieron una especie de introspección; aunque ahora, con las amnistías con las que fueron agraciados, hizo que tomen protagonismo”. Aspira a que prime el diálogo, como en el caso del sindicalismo, que inició conversaciones con el ministro de Trabajo, Patricio Donoso, para trabajar en un proyecto de ley laboral.

El analista político Oswaldo Moreno consideró que la protesta social se detuvo por el encierro a causa de la pandemia y eso dificultó la logística.

“En la actualidad, tampoco es el escenario para un nuevo octubre del 2019 o una radicalización de la protesta, pero sí es el momento de reivindicar pedidos por ciertos incumplimientos del Gobierno, desde los espacios de la Asamblea Nacional, por ejemplo”, opinó.

Advirtió que se conoce cómo las convulsiones sociales empiezan, pero no cómo terminan. “Lo de octubre del 2019 se cerró con la salida de Lenín Moreno y, fundamentalmente, con la pandemia y la crisis económica. Ahora que se reaviven las protestas, depende de cómo actúe el Gobierno, en un momento en el que el precio del petróleo está subiendo y hay la antesala de las elecciones seccionales del 2023, en las que, si va a querer ser protagonista, va a tener que destinar inversión pública”, añadió. (I)