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La Costa y la Amazonía están rezagadas en la aplicación del refuerzo contra el COVID-19

Hay cantones donde el refuerzo no llega ni al 5 % de la población, según las cifras oficiales. Uno de ellos es Colimes, en Guayas.

Guayaquil.- En el centro de salud Cisne ll se aplican las vacunas contra el COVID-19. Jorge Peñafiel. Foto: El Universo

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El personal de salud va de casa en casa identificando a quiénes les falta vacunarse contra el COVID-19. Estos barridos se hacen cada mes en el cantón Penipe, ubicado en el noroeste de Chimborazo. “Nosotros implementamos esta estrategia para encontrar personas susceptibles y gestionar su vacunación”, precisa Luis Alejandro, responsable de vigilancia epidemiológica de Penipe.

Esta es una de las localidades con más alto porcentaje de población con el refuerzo contra el coronavirus. Tiene 6.932 habitantes, de los cuales el 4 3% ya recibió esa dosis. Otros cantones con alto porcentaje son los insulares: Isabela con el 53 %, San Cristóbal con el 45 % y Santa Cruz con el 41 %, según las cifras oficiales con corte al 27 de enero.

Un análisis realizado por EL UNIVERSO encontró que la mayoría de cantones que superan la cuarta parte de su población con el refuerzo están en la Sierra, principalmente en Pichincha, Carchi y Loja; mientras que los cantones costeños y amazónicos están rezagados.

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Hay cantones que tienen menos del 5 % de habitantes con el refuerzo: Taisha y Tiwintza (en Morona Santiago) tienen apenas el 2 %; Arajuno (en Pastaza), el 3 %; y Colimes (en Guayas), el 4 %.

Ecuador, con el 16 % de su población vacunada con la dosis de refuerzo, se posiciona sexto a nivel de Sudamérica. Los países con más alta vacunación de refuerzos son Chile (64 %), Uruguay (54 %), Argentina (30 %), Brasil (24 %) y Perú (23 %).

Lo ideal sería que los refuerzos superen el 80 % de la población, comenta el médico inmunólogo Pablo Torres. Afirma que eso ayudaría a contener la pandemia evitando altas tasas de contagio, gravedad de la enfermedad y riesgo de muerte. También impediría que el virus mute.

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Incrementar el porcentaje de refuerzo es una prioridad del Ministerio de Salud Pública (MSP). Por una directriz de esta cartera, desde el 1 de febrero pasado, los mayores de 45 años que hayan completado el esquema de vacunación hace cinco meses ya pueden recibir la dosis adicional. En tanto que las personas entre 18 y 44 años podrán acceder al refuerzo después de seis meses de haber recibido el esquema completo.

Para el epidemiólogo de la Universidad de Las Américas David Larreátegui, es necesario acortar el tiempo de vacunación de refuerzos, pues ayuda a mejorar los anticuerpos que, a partir del cuarto mes, empiezan a disminuir.

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La inoculación del refuerzo se pudo haber afectado por la reciente ola de contagios provocada por la variante ómicron, apunta la epidemióloga Andrea Gómez. Ella recomienda que quienes se enfermaron recientemente y ya están listos para recibir el refuerzo, pueden colocarse esta dosis un mes después del contagio o quince días después de no presentar síntomas.

Los cantones más rezagados en vacunación

Para llevar vacunas a Taisha y Tiwintza hay que viajar 20 minutos en avioneta. Delis Santos debe cumplir ese itinerario y luego caminar tres horas a través de la selva para inocular a los habitantes de Taisha.

Estos problemas de logística han afectado al proceso de vacunación en ese cantón. Apenas el 16 % de sus habitantes cuenta con el esquema completo. En Tiwintza la cifra bordea el 26 %.

En ambos cantones, los casos confirmados de COVID-19 se incrementaron considerablemente en el último mes. Los contagios crecieron el 51 % en Taisha y el 7 % en Tiwintza. Son parte de los 21 cantones que se encuentran en semáforo rojo.

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La epidemióloga Carola Cedillo recomienda una cercanía más amigable con las poblaciones que mantienen negatividad hacia las vacunas. Por ello, la experta sugiere no imponer criterios respecto de la vacunación ni decirles lo que tienen que hacer, porque genera resistencia en las comunidades indígenas.

“Hay que acercarse de una forma amigable a las poblaciones que tienen sus conocimientos ancestrales y su propia cultura. Lo más importante es aspirar a un mejor contacto con la comunidad antes de una imposición, esperando lograr más de adherencia y la confianza en el sistema sanitario”, afirma.

Vacunación en Galápagos

El trayecto para movilizar lotes de vacunas contra el COVID-19 hacia las islas Galápagos empieza en Guayaquil. El funcionario del MSP Ramiro Echeverría vigila el proceso. Después de casi dos horas de vuelo, un avión aterriza en Baltra con las dosis requeridas. Desde ahí parten helicópteros de la Armada llevando el material a las demás islas.

“Aquí no ha habido gran movimiento antivacunas. Sin embargo, hemos respetado el derecho de algunas personas de que no han querido vacunarse por alguna razón de carácter religioso u otras razones de opinión personal, pero esto ha sido menos del 1 %”, afirma Echeverría.

Añade que el avance tanto de las dosis primarias como del refuerzo en Galápagos se debe a tres factores: cooperación entre instituciones públicas y privadas; disponibilidad de vacunas; y apoyo de organizaciones civiles.

Con el 44 % de su población total vacunada con el refuerzo, Galápagos es la provincia con mayor cobertura en refuerzos del país. Le siguen Pichincha (25 %), Azuay (21 %), Tungurahua (21 %) y Loja (20 %).

Cada vez que se requiere, los bancos de vacunas en la región Insular reciben las dosis necesarias para continuar con el proceso de vacunación de la población de Galápagos que, de acuerdo con Echeverría, se lleva a cabo en todos los servicios de salud disponibles en las diferentes islas. (I)

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