La revocatoria de visas por parte de Estados Unidos ha generado debate en países como Ecuador, donde políticos, militares, funcionarios e incluso periodistas han enfrentado esta medida. Para comprender cómo funciona este proceso y qué factores influyen en la decisión, EL UNIVERSO conversó con J. Núñez, agente del Servicio de Seguridad Diplomática (DSS), quien explicó los protocolos, las alertas que reciben de distintas agencias federales y los esfuerzos que realizan para combatir el fraude documental y fortalecer la cooperación internacional.
En países como Ecuador se ha dado el retiro de visas a políticos, miembros de las Fuerzas Armadas y hasta periodistas, ¿cómo decide el DSS tomar esta acción?
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Depende de los casos, hay diferentes situaciones que pueden llegar al caso de revocar las visas. No necesariamente tiene que llegar al punto donde ha ocurrido un crimen, porque esas investigaciones son separadas, la parte de investigarlo como un crimen tiene que tener pruebas. Pero las visas las retiramos por algo que puede ser tan sencillo como que se quedaron con visa de turista y empezaron a trabajar y se revocó o en casos diferentes como los que menciona se revisa todo y se da luego de que llegó un tipo de información desde alguna agencia o desde alguien. Porque no necesariamente tiene que ser nuestra agencia directamente a la que llega la información. En la DSS trabajamos con diferentes aliados de la ley federal que nos pueden avisar.
¿Cuál es el protocolo cuando se presentan estas alertas?
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Buenos, las agencias nos notifican; nos llegó esta información sobre esta persona, tiene una visa y se nos consulta cómo podemos mirar o hacer para revocar la visa, todo viene de una alerta y de la cooperación con otras agencias.
La DSS tiene entre sus objetivos también el combate al fraude documental, ¿qué práctica más común han detectado?
Hablamos de que se enfoca más en asumir la identidad de otra persona, se roba la identidad de otra persona. Alguien decide por X o Y razón robar la identidad completa de esa persona. Entonces, por ejemplo, tú estás viviendo acá, trabajando como un ciudadano normal, nunca te has presentado por un pasaporte porque no has querido viajar y alguien más ha obtenido tu información y con esa información se presentó como si fuera esa persona. Vemos que el pasaporte lo sacan en su nombre y hasta pueden viajar porque el sistema por una razón u otra no lo conectó para poder identificar previamente que esa persona no era la persona que se estaba presentando.
¿Cómo es el manejo de estos casos?
Durante ese proceso hay diferentes acciones que pueden suceder para poder alertarnos a la sección de fraude que tenemos, el caso nos llega y empezamos a investigarlo.
¿Cómo son los tiempos en estos casos, hay mucha celeridad?
Sí y no. La notificación cuando nos llega es rápida, dependiendo de los casos en específico que están pasando hay razones por las que debemos de tomarnos nuestro tiempo y también asegurar de que si es algo que va a ser muy impactante, tenemos que tomar acción ya de una, pero todo es dependiendo del caso.
¿Existe cooperación con otros países para detectar este tipo de situaciones?
Sí, claro. Muchas veces las diferentes acciones que se toman son con nuestros aliados de diferentes agencias federales donde la gente está mandando documentos de un país, por correo lo mandan y llegan hasta acá e intentan presentar documentos falsos. Eso ocurre de todo país, desafortunadamente. Con los otros países lo que hacemos muchas veces en las embajadas que tenemos, estamos representados por más de 275 embajadas y consulados en el mundo, ahí también entrenamos con nuestros aliados para poder detectar documentos falsos. Les ofrecemos entrenamientos de investigación, de poder identificar documentos falsos y en eso trabajamos juntos para poder identificar y combatir esto.
¿Como DSS, qué estrategias recomendarían a países como Ecuador para que fortalezcan la seguridad fronteriza y combatir actividades irregulares?
Todo es por poder trabajar juntos con diferentes organizaciones. En nuestro caso, nuestro esfuerzo de verdad depende mucho en poder tener esa cooperación con diferentes agencias, las más conocidas como FBI y la DEA. Ya si podemos trabajar juntos hacemos dos cosas: compartimos información y también a la misma vez podemos entregar un caso ya más fuerte para poder impactar y combatir estos crímenes. A veces puede haber una organización local que tiene información, pero no habla con la organización federal, por decir, o la policía que encontró algo, por ejemplo, un centro que estaba teniendo o produciendo documentos falsos, pero nunca dio la información a la agencia, digamos Ecuador, que podía de verdad combatir eso. Y por esa razón, porque no se comparte información y no tienen una cooperación y dicen bueno, ustedes hacen esto y nosotros hacemos esto, nunca se va a hablar de lo que hacen entre sí. Más que tener tecnología, la estrategia es hablar. Nosotros tenemos unas relaciones muy buenas con todas las policías locales y también con nuestros aliados federales.
¿La clave entonces es fortalecer la comunicación interna total y también la tecnología?
Sí. Y bueno, las diferentes tecnologías que existen son las microimpresiones, lo que se encuentra en estándar en la mayoría de los pasaportes. Las marcas de agua que ya existen. Y eso también es parte del entrenamiento que ofrecemos. Siempre la tecnología va avanzando y en la parte criminal y también en los gobiernos. Antes una marca de agua, que era lo normal que todo el mundo tenía, nadie podía obsequiarla, ahora por los avances de tecnología, grupos criminales la pueden obtener y pagan por eso. Entonces ya llega al punto de que en el pasaporte u otro pasaporte lo puedes mirar y decir wow, las características de seguridad son iguales. Hay que seguir los avances en entrenamiento y poniéndose al día.
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