La administración del presidente estadounidense Donald Trump elabora discretamente planes para un eventual escenario en Venezuela si Nicolás Maduro es apartado del poder, según confirmaron a CNN dos altos funcionarios y otra fuente con conocimiento directo de las discusiones.
Los preparativos, que incluyen múltiples opciones para estabilizar al país tras una posible salida voluntaria o forzada del mandatario venezolano, se mantienen bajo estricta reserva en la Casa Blanca.
Aunque públicamente Washington sostiene que el reciente despliegue militar en el Caribe busca frenar el narcotráfico, fuentes internas indican que el gobierno considera distintos cursos de acción ante un posible derrocamiento de Maduro. Sin embargo, altos funcionarios señalan que no existe interés en una escalada militar directa, pese a las reiteradas amenazas del presidente.
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Trump habló telefónicamente con Maduro a finales del mes pasado, días antes de que Estados Unidos lo designara como parte de una organización terrorista extranjera. Según un funcionario citado, el mandatario estadounidense presionó al líder venezolano para abandonar el país y advirtió que continuará su ofensiva contra embarcaciones vinculadas al régimen. En paralelo, Trump declaró a Politico que “los días de Maduro están contados”, sin precisar hasta dónde estaría dispuesto a llegar.
La planificación incluye escenarios de asistencia económica, de seguridad e inteligencia si Maduro deja el poder, en medio de contactos informales entre funcionarios estadounidenses y sectores de la oposición venezolana, liderada por María Corina Machado y Edmundo González. La oposición, que ha elaborado planes para las “100 horas” y los “100 días” posteriores a una transición, ha compartido parte de sus propuestas con distintos sectores de la administración estadounidense.
Expertos consideran positivo que Washington prepare escenarios ante una eventual transición, advirtiendo que la falta de planificación —como ocurrió en Irak en 2003— podría agravar la situación en Venezuela. También señalan que el reconocimiento internacional de un nuevo gobierno será clave para el levantamiento de sanciones y el acceso a apoyo económico, especialmente si surge un liderazgo transitorio que incluya figuras del chavismo.
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Aunque existen contactos con la oposición, no se mantienen reuniones regulares de alto nivel con funcionarios clave del gobierno estadounidense, y el plan opositor no cuenta con un aval formal de Washington.
No obstante, dirigentes como David Smolansky —asesor senior de seguridad y asuntos exteriores de González y Machado— han respaldado los esfuerzos estadounidenses y destacaron la necesidad de reducir la influencia de actores externos como Cuba, Rusia, Irán y China en Venezuela. (I)






















