Un exoplaneta distante, del tamaño de Júpiter, ha desconcertado a los científicos tras revelar una atmósfera nunca antes observada. El planeta, conocido como PSR J2322-2650b, fue analizado con el telescopio espacial James Webb (JWST) y parece estar envuelto en nubes de hollín que, a mayor profundidad, se condensan en diamantes.
A diferencia de los planetas de nuestro sistema solar, este exoplaneta no presenta una atmósfera dominada por hidrógeno y helio ni contiene moléculas comunes como agua, metano o dióxido de carbono. En su lugar, los investigadores detectaron una composición rica en helio y carbono, algo inédito hasta ahora.
“Fue una sorpresa absoluta. Nuestra reacción inicial fue preguntarnos qué estábamos viendo”, señaló Peter Gao, coautor del estudio y científico del Carnegie Earth and Planets Laboratory.
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Los resultados fueron publicados el 16 de diciembre en la revista The Astrophysical Journal Letters. Aunque el planeta había sido detectado en 2017 mediante observaciones de radio, la capacidad infrarroja del James Webb permitió por primera vez estudiar con detalle su entorno, a unos 750 años luz de la Tierra.
El origen del exoplaneta es otro enigma. Se encuentra a apenas 1,6 millones de kilómetros de su estrella y completa una órbita en solo 7,8 horas. La intensa gravedad del púlsar lo ha deformado hasta darle una forma similar a la de un limón.
Los científicos consideran que su formación no encaja con ningún modelo conocido. “No pudo formarse como un planeta normal. Su composición es completamente distinta”, afirmó Michael Zhang, autor principal del estudio.
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Tampoco está claro cómo se formaron las nubes de hollín o los diamantes en su atmósfera. Una hipótesis sugiere que, tras enfriarse, el carbono del interior cristalizó y ascendió, pero esto no explica por qué otros elementos quedaron excluidos.
Los investigadores esperan que futuras observaciones ayuden a resolver este rompecabezas cósmico. (I)
