Los restos del cuerpo de Alejandro Cortez González, un turista estadounidense de 20 años, han sido hallados este jueves 24 de abril en la playa Chac Mool, en Cancún (México), con indicios de haber sido devorado por tiburones.

Alejandro perdió la vida el pasado domingo 20 de abril. En un acto de heroísmo, se lanzó al mar con el fin de salvar a su amiga, que se estaba ahogando. Lo logró, pero se perdió entre las olas sin retorno a tierra firme.

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Fue reportado como desaparecido el 22 de abril, mientras su paradero seguía siendo incierto. Durante aproximadamente 90 horas, estuvo perdido en el mar, hasta que, en horas de la tarde del jueves 24 de abril, un grupo de turistas que paseaban frente al condominio Portofino dio con su cuerpo, que había sido devuelto a la orilla por la marea.

De inmediato se hizo el llamado a los guardavidas de la playa, quienes se encontraron con lo que parecería ser el producto de una escena de terror. Del cuerpo de Alejandro solo quedaba parte de su esqueleto y cabeza. Las autoridades sospechan que el cadáver del joven haya sido devorado por tiburones.

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Elementos de la Guardia Marina y la Policía Turística acordonaron el lugar, dando paso a que la Fiscalía General del Estado (FGE) realizara el levantamiento del cuerpo, para ser posteriormente trasladado al Servicio Médico Forense (Semefo), donde se realizará su identificación oficial mediante ADN y registros dentales.

“Mantuvimos la esperanza y oramos por un milagro. Aunque el resultado no fue el que esperábamos, Dios respondió a nuestras oraciones”, dijo Renée González, madre de Alejandro, en un mensaje publicado en su perfil de Facebook.

Renée también detalló que seguirán con el respectivo proceso desde EE. UU. y pidió ayuda mediante donaciones para cubrir los gastos relacionados con el cuerpo de su hijo. “Aunque parece que Matt y yo no iremos a México, necesitaremos ayuda con los gastos de traerlo a casa”, agregó.

Su madre concluyó con un conmovedor mensaje, en el que expresó que le da felicidad saber que su hijo, antes de morir, estaba disfrutando y siendo feliz junto a sus amigos. “La foto es de la noche que se metió al agua; su sonrisa me recuerda lo feliz que estaba de estar con sus amigos y pasar tiempo en un lugar nuevo. Me alegra saber que estaba tan feliz”, añadió.

(I)