“Gracias Dios, por los pequeños milagros”. Sandy Fuller no pudo controlar el llanto cuando pudo tener en su regazo a una de sus gemelas. Su esposo arrullaba en sus brazos a la otra. Ambas habían nacido siamesas y pasados tres meses fueron separadas tras una larga intervención quirúrgica.
Las lágrimas eran por “la nueva normalidad que tanto hemos anhelado”. Hablaba por ella y por Jesse, su esposo.
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Ella y Eliza estaban unidas por el abdomen, como le hicieron saber a la pareja a las 12 semanas de gestación. Las niñas nacieron por cesárea en el Texas Children’s Hospital el 1 de marzo de 2023, reseñó Noticias Telemundo.
La operación de separación duró seis horas y participaron 17 profesionales, dirigidos por Alice King, cirujana pediátrica de esa institución médica.
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Para la madre, “la operación no solo fue un éxito, sino que Ella y Eliza están ahora “floreciendo”.
Sandy y Jesse Fuller son padres de otra niña, Emi. Agradecen, a diario, las oraciones y bendiciones que “tantos guerreros” les enviaron, de distintas ciudades de Estados Unidos, “para que nuestras niñas nacieran sanas y salvas”.
“Mi corazón está lleno de tanta gratitud”, escribió Sandy en su cuenta de Instagram al felicitar a Ella y a Eliza, dos de “sus chicas”.
Ella y Eliza siempre están juntas
Otro momento especial para estos padres fue ver gatear a las ahora gemelas. Lo hicieron a los 8 meses.
Sandy y Jesse quedaron sorprendidos ante las escenas. “Después de no poder usar ninguno de sus músculos centrales durante casi cuatro meses” las niñas comenzaban a desplazarse por sí solas. “Los bebés son realmente muy resistentes”, afirma la madre.
Los Fuller fueron entrevistados por Today el 14 de marzo de 2024. A las moderadoras contaron que Eliza y Ella “siempre están juntas”.
El papá las describió: Ella “quiere atención todo el tiempo”, mientras que Eliza es “más relajada”.
El revolucionario método con el que separaron a unos siameses unidos por el cerebro
Las nenas van creciendo, floreciendo, como dice su madre. Serán siempre sus “bebés milagro” y las “gemelas que dan abrazos”.
“Ella y Eliza, ¡no tienen idea del impacto que han tenido en tantas vidas hasta ahora!”, les escribió su madre al felicitarlas en su primer cumpleaños.
Los padres de las nenas se derriten de amor: “Les encanta hablar entre ellas por la noche antes de dormir”. “Me encantan sus risitas y carcajadas”, confiesa Sandy.
Señales de Dios
En Instagram, donde han reflejado buena parte de esta historia, Sandy contó el 5 de mayo de 2023 una anécdota ocurrida antes de la operación de separación.
Dijo que habían sido, para ella, “semanas muy fuertes mentalmente”. Pedía a Dios que Emi pudiera conocer a Ella y a Eliza.
“Ayer grité a Dios y le pedí que me diera fuerzas extra. Le dije que sabía que él tenía el control pero estaba mentalmente tan agotada. Necesitaba mucho una señal suya. Varias horas después recibí una llamada telefónica de nuestra trabajadora social (…) Le pregunté si había alguna manera para que mi niña pudiera conocer a sus hermanas. Dijo que podía preguntarle al gerente de la UCI y ver qué pasa”, narró la madre.
Sandy estaba clara de que su solicitud, como le recordó la trabajadora social, la hacían “muchas madres con los mismos deseos para sus hermanos mayores en casa”.
Esa noche, Sandy Fuller debía empacar la bolsa de Emi y se encontré con su camiseta de “hermana mayor”. Eso removió sentimientos, una vez. La pieza fue guardada en su mochila.
A la mañana siguiente, cuando quedó Sandy en el centro médico entró una enfermera y la sorprendió: “Tengo buenas noticias para ti, la hermana mayor puede conocer a las chicas en el jardín hoy”.
La mujer rompió a llorar… “No podía creer que hoy fuera el día con el que soñé y estaba sucediendo tan rápido. Llamé a Jesse para estar de vuelta en 30 minutos y cambiar a Emi por su camiseta de la hermana mayor porque iban a reunirse”.
Glorioso momento. “Fue absolutamente perfecto. ¡Por primera vez en 65 días nuestras chicas han sentido el sol brillar en sus rostros y finalmente han conocido a su hermana mayor. Emi fue tan amable e incluso recogió algunas flores del jardín para cada una de ellas. Alabado sea Dios por su misericordia. Mi corazón podría explotar en gratitud”.
(I)
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