El Servicio Secreto de Estados Unidos desmanteló recientemente una de las mayores operaciones clandestinas de telecomunicaciones descubiertas en el país, que representaba una amenaza directa a sus funciones de protección.
Según reporta CNN, el hallazgo se produjo tras una oleada de llamadas falsas, conocidas como swatting, dirigidas en 2023 y 2024 contra altos funcionarios, entre ellos la congresista Marjorie Taylor Greene, el senador Rick Scott y miembros del gabinete de Donald Trump.
Aunque ninguna de esas amenazas resultó ser real, los investigadores advirtieron que la magnitud del sistema detrás de ellas constituía un peligro inminente.
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La investigación, liderada por la recién creada Advanced Threat Interdiction Unit del Servicio Secreto, permitió rastrear el origen de las señales a varios puntos en el área triestatal de Nueva York.
Allí, agentes descubrieron una red oculta que operaba con más de 100.000 tarjetas SIM y 300 servidores capaces de generar llamadas masivas y esconder su procedencia.
The Secret Service dismantled a network of more than 300 SIM servers and 100,000 SIM cards in the New York-area that were capable of crippling telecom systems and carrying out anonymous telephonic attacks, disrupting the threat before world leaders arrived for the UN General… pic.twitter.com/sZKUeGqvGY
— U.S. Secret Service (@SecretService) September 23, 2025
Según los especialistas, esta red era tan potente que podía haber enviado un mensaje anónimo a toda la población de Estados Unidos en apenas 12 minutos o incluso colapsar la red celular de Nueva York, dejando sin servicio a millones de personas.
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“El potencial de disrupción para nuestras telecomunicaciones no puede ser exagerado”, advirtió Sean Curran, director del Servicio Secreto.
Las investigaciones preliminares apuntan a la participación de organizaciones criminales y posiblemente actores estatales extranjeros, que habrían usado esta infraestructura para actividades como narcotráfico, trata de personas y ciberespionaje.
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Aunque no se han anunciado arrestos, el sistema fue desmantelado y ya no representa un riesgo para la red de Nueva York. Sin embargo, las autoridades reconocen que podrían existir estructuras similares en otras partes del país (I)