La relación de Colombia con Estados Unidos, históricamente basada en un sólido intercambio comercial y una estrecha cooperación militar y de seguridad, ha sido sacudida este año por desencuentros provocados por las posturas del presidente colombiano, Gustavo Petro, que tuvo un punto de quiebre este viernes con la retirada de su visado por el Departamento de Estado.

La crisis comenzó en enero pasado tras la decisión de Petro de no permitir el ingreso de dos aviones con colombianos deportados de EE.UU. mientras no recibieran un trato “digno” y se ha prolongado a lo largo del año.

Esta situación causa preocupación en Colombia porque Estados Unidos es su principal socio comercial y los dos países tienen vigente desde mayo de 2012 un Tratado de Libre Comercio (TLC).

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En 2024 el intercambio de bienes y servicios ascendió a 53.300 millones de dólares, producto de exportaciones estadounidenses por 28.300 millones de dólares e importaciones desde Colombia de 25.000 millones de dólares, para un superávit de 3.300 millones de dólares a favor del país norteamericano, según datos de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos.

La siguiente es una cronología de la actual crisis en la relación bilateral:

26 de enero: Tras la decisión de Petro de no permitir el ingreso de dos aviones con deportados que ya estaban en pleno vuelo, el presidente estadounidense, Donald Trump, que llevaba solo seis días en el cargo, ordena la imposición de aranceles del 25 % a todos los productos colombianos.

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Petro responde con un arancel igual para las importaciones de productos estadounidenses y Trump contraataca con restricciones de visado para el Gobierno de Petro y su partido, el Pacto Histórico, así como con la suspensión de servicios consulares, incluida la emisión de visas en la Embajada de Estados Unidos en Bogotá.

La intervención de diplomáticos de ambos países contuvo la crisis pero la relación bilateral antes fluida quedó maltrecha tras este incidente.

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Narcotráfico y supuestas conspiraciones

- 27 de marzo: La secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kristi Noem, visita Colombia y se reúne con Petro para tratar asuntos migratorios, de seguridad y lucha contra las drogas, encuentro que transcurre con normalidad pese a las diferencias entre los dos gobiernos.

- 5 de abril: Noem afirma en una entrevista con Newsmax que durante la reunión con Petro en Bogotá, el presidente colombiano defendió a la banda criminal transnacional Tren de Aragua, considerada por EE.UU. como una organización terrorista.

Según Noem, Petro afirmó que “se malinterpreta a los miembros del Tren de Aragua, que en realidad solo eran personas que necesitaban más amor y comprensión” y señaló, según la secretaria, que algunos “miembros del cartel eran sus amigos”. La Cancillería colombiana rechaza las declaraciones de Noem “por incorrectas”.

- 6 de mayo: Petro acusa al representante a la Cámara estadounidense Mario Díaz-Balart, republicano de Florida, de dirigir reuniones como parte de una conspiración para sacarlo del cargo.

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- 3 de julio: El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, llama a consultas de manera “urgente” al jefe de la misión diplomática de Washington en Colombia, John McNamara, tras las denuncias “infundadas” de Petro sobre el supuesto apoyo estadounidense a una trama para sacarlo del poder.

Petro responde llamando a consultas a su embajador en Washington, Daniel García-Peña. Una semana después, los diplomáticos vuelven a sus puestos de trabajo.

Ataques militares de EE.UU. en el Caribe y Palestina

- 3 de septiembre: Petro, crítico del despliegue militar de Estados Unidos en aguas del Caribe cerca de Venezuela, aparentemente para frenar el narcotráfico, califica como “asesinato” el primer ataque contra una embarcación que supuestamente transportaba drogas y en el que murieron once supuestos miembros del Tren de Aragua.

- 15 de septiembre: El Gobierno estadounidense retira a Colombia de la lista de países que cumplen sus obligaciones en la lucha contra el narcotráfico, comúnmente llamada ‘certificación’, pero decide mantenerle la asistencia, cercana a los 400 millones de dólares, al considerar que es “vital para los intereses nacionales de los Estados Unidos”.

- 17 de septiembre: Petro tacha de “injusticia” e “insulto” la ‘descertificación’ de EE.UU. “contra el país que más sangre ha regado para que la sociedad de los Estados Unidos y de Europa no consuman tanta cocaína”.

- 23 de septiembre: En un acalorado discurso ante la Asamblea General de la ONU, Petro asegura que la guerra contra las drogas es en realidad una estrategia de los poderosos que “necesitan violencia para dominar a Colombia y América Latina”.

Afirma además que es “mentira” que el Tren de Aragua sea una organización terrorista, como la catalogan Estados Unidos y otros países, y dice que “debe abrirse un proceso penal” contra los responsables de las muertes de presuntos narcotraficantes atacados por militares de EE.UU. en aguas del Caribe, lo que “incluye al funcionario mayor que dio la orden, el presidente Trump”.

Finalmente, y tras denunciar el “genocidio” de Israel en la Franja de Gaza, llama a “unir ejércitos y armas” para “liberar a Palestina”.

- 26 de septiembre: Petro participa en una manifestación propalestina en Nueva York donde, según el Departamento de Estado, “se dirigió a los soldados estadounidenses (...) instándolos a desobedecer órdenes e incitar a la violencia”, y “por estas acciones imprudentes y provocadoras”, decide revocarle la visa.

- 27 de septiembre: A su regreso al país, Petro responde a Estados Unidos que la revocatoria de su visado “rompe todas las normas de inmunidad en que se basa el funcionamiento de las Naciones Unidas y su Asamblea General” y por eso considera que la sede de la ONU no puede seguir en Nueva York. (I)