El senador colombiano Miguel Uribe Turbay, uno de los precandidatos de la derecha para las elecciones presidenciales de 2026, murió este lunes en Bogotá, dos meses y cuatro días después haber sido gravemente herido en un atentado en la capital cuando arrancaba su campaña.

Su grave condición médica, tras recibir dos disparos en la cabeza y uno en la pierna izquierda el pasado 7 de junio, tuvo en vilo al país y a los medios de comunicación, que a diario se interesaban por su estado de salud, hasta que su deceso finalmente se produjo esta madrugada a la 01:56 (hora local) en la Fundación Santa Fe de Bogotá, donde estuvo ingresado desde el día del atentado.

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De 39 años, una educación de élite y un apellido que evoca tanto el poder político como las heridas del conflicto colombiano, Uribe Turbay se perfilaba como el rostro de la renovación generacional del uribismo, con cuyo líder, el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), no guarda parentesco pero sí mucha afinidad.

Abogado de la Universidad de los Andes, con maestrías en Políticas Públicas en esa misma institución y en Administración Pública por la Universidad de Harvard, Uribe Turbay fue el senador más votado en 2022 de su partido, el uribista Centro Democrático, donde destacó como opositor al presidente Gustavo Petro.

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“Miguel recorrió Harvard Kennedy School con los ojos y el corazón abiertos. Era profundamente optimista sobre el futuro de Colombia, y Miguel estaba comprometido con él”, señaló esa universidad estadounidense en un homenaje que le rindió el pasado 18 de junio a su exalumno de la promoción de 2022.

Tragedia familiar

Nacido en Bogotá el 28 de enero de 1986, era hijo del exconcejal conservador Miguel Uribe Londoño y de la periodista Diana Turbay, cuyo final trágico fue recordado muchas veces a raíz del atentado contra el político.

Miguel Uribe Turbay era nieto del expresidente liberal Julio César Turbay (1978-1982) y ya había sufrido en carne propia la violencia, pues quedó huérfano tres días antes de cumplir los 5 años, cuando su madre fue asesinada, el 25 de enero de 1991, por narcotraficantes del cartel de Medellín que la habían secuestrado en agosto de 1990 y reaccionaron a un intento de rescate.

Su carrera comenzó en el Concejo de Bogotá, al que llegó con 26 años por el Partido Liberal. Durante la administración de Enrique Peñalosa como alcalde (2016-2019) fue nombrado secretario de Gobierno, convirtiéndose en el funcionario más joven en ocupar ese cargo.

En 2019 se postuló sin éxito como candidato a la Alcaldía de Bogotá con el movimiento independiente Avancemos, que tenía el apoyo de diferentes partidos y organizaciones ciudadanas, y en 2022 volvió a someter su nombre a las urnas como número uno de la lista al Senado por el Centro Democrático, invitado por el expresidente Uribe.

En el Senado, donde no alcanzó a completar el periodo de cuatro años por el que fue elegido, fue un crítico de Petro y del deterioro de la seguridad en el país durante su gobierno, así como de los casos de corrupción que involucran a varios de sus colaboradores más cercanos.

También aprovechó su escaño senatorial para abordar temas de economía, empleo y educación, así como oportunidades para los más jóvenes mediante el emprendimiento.

Ajedrecista, músico y atleta

Uribe Turbay estaba casado con María Claudia Tarazona, con quien tuvo un hijo, Alejandro, de corta edad, además de ayudarle a criar a su esposa a tres hijas adolescentes de su primer matrimonio.

Durante el tiempo en el que estuvo ingresado en Fundación Santa Fe, Tarazona informaba casi a diario del estado de salud de su esposo, al tiempo que pedía oraciones por su recuperación y publicaba videos con las distintas facetas del senador.

Fue así como la mayoría de los colombianos se enteraron de que, más allá del político, Miguel Uribe Turbay era un aficionado al ajedrez, “llegando a entrenar intensamente con el sueño de ser campeón mundial”, según su página en internet, así como un intérprete de piano, guitarra y acordeón, incluso con presentaciones para sus más cercanos.

También era un atleta aficionado a las carreras de media distancia, razón por la cual el pasado 6 de julio, en vísperas del primer mes del atentado, se realizó en varias ciudades del país la Carrera por la Vida como muestra de apoyo.

El asesinato de Miguel Uribe ha revivido entre los colombianos el fantasma de la violencia política que marcó las elecciones de 1990, en las que fueron asesinados tres candidatos presidenciales: el liberal Luis Carlos Galán, el izquierdista Bernardo Jaramillo Ossa y el exguerrillero Carlos Pizarro León-Gómez, que había dejado las armas para entrar en la política. EFE (I)