Las autoridades británicas decomisaron una tonelada de cocaína escondida en dos generadores industriales provenientes de Sudamérica. La maquinaria llegó al puerto de London Gateway, a orillas del río Támesis, y fue abierta tras levantar sospechas entre los oficiales de la Fuerza Fronteriza.
Los agentes decidieron cortar los equipos, valorados en 700.000 libras, pese al riesgo de tener que indemnizar a los importadores en caso de no hallar nada. La operación reveló un sofisticado método de ocultamiento empleado por las redes de narcotráfico.
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La droga incautada tendría un valor en las calles de 72 millones de libras. El hallazgo fue calificado como un golpe significativo contra el crimen organizado, según un portavoz del Ministerio del Interior.
El ministro Mike Tapp sostuvo que los contrabandistas apostaban a que el temor a una factura millonaria disuadiría a los oficiales de inspeccionar la maquinaria. Sin embargo, destacó que los agentes “estaban un paso adelante” gracias a su experiencia y capacidad de detección.
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La Agencia Nacional del Crimen abrió una investigación tras el decomiso y un sospechoso ya fue acusado. El director regional de la Fuerza Fronteriza, Phillip Holiday, aseguró que el cargamento fue detectado gracias a anomalías identificadas en los generadores que evidenciaban manipulación.
Este caso se suma a otros envíos frustrados en puertos europeos, donde narcotraficantes han ocultado cocaína en equipos industriales o calentadores de agua. Europol advirtió recientemente que la producción de esta droga en América Latina ha alcanzado niveles récord y que las mafias buscan métodos cada vez más elaborados para introducirla en Europa.
El Reino Unido enfrenta una creciente crisis vinculada al consumo de cocaína. En 2023 se registraron 1.118 muertes relacionadas con esta sustancia en Inglaterra y Gales, un aumento del 31 % respecto al año anterior, lo que consolida a la cocaína como la segunda droga más consumida después del cannabis. (I)