Fragmentos desconocidos de un pergamino milenario que pertenece a los Rollos del Mar Muerto, recuperados en una cueva del desierto de Judea, ha sido encontrado y mostrado por autoridades de Israel.
Esto supone un descubrimiento “histórico” al ser el primero de este tipo en los últimos sesenta años.
El rollo bíblico, de unos 2.000 años de antigüedad, está escrito en griego antiguo, con la palabra “Dios” en hebrero, incluye versículos del “Libro de los Profetas Menores”, entre ellos de Zacarías y Nahum, y fue descubierto en los acantilados del desierto de Judea por la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI).
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Fueron encontrados durante excavaciones en una cueva de un acantilado de la reserva natural de Nahal Hever.
El hallazgo “se produce 60 años después del último descubrimiento de rollos bíblicos en excavaciones arqueológicas” en la zona, tras encontrarse los famosos Manuscritos del Mar Muerto entre 1947 y 1956, unos 900 documentos de más de 2.000 años de antigüedad y de gran valor histórico con fragmentos de los libros del Antiguo Testamento. Incluyen textos religiosos en hebreo, arameo y griego.
Para la operación, que se extendió a la parte del desierto de Judea situada en Cisjordania, un territorio ocupado por Israel desde 1967, la AAI proporcionó a los arqueólogos drones y equipo de montaña.
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Fragmentos anteriores fueron descubiertos por beduinos en las décadas de 1950 y 1960 en la llamada “cueva de los horrores”, nombrada así por los numerosos esqueletos encontrados en ella, dijo Oren Ableman, del AAI.
En estos nuevos fragmentos, “encontramos un cambio textual completamente inesperado, que todavía no explicamos del todo”, explica Ableman. En un pasaje “en lugar de la palabra ‘portales’ que se encuentra en las otras versiones, parece el término ‘calles’”.
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Los arqueólogos están tratando de descubrir el significado de esta variación, añadió.
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Este nuevo descubrimiento “podría profundizar en la historia de la traducción griega de la Biblia”, según Yosef Garfinkel, director del instituto arqueológico de la universidad hebrea de Jerusalén.
Los expertos señalan que el manuscrito habría sido escrito por dos escribas distintos.
“Estos nuevos fragmentos que hemos encontrado son piezas que nos faltaban de un manuscrito que ya conocíamos”, y pertenecen a “un gran rollo” hallado inicialmente “en los años cincuenta”, explicó Beatriz Riestra, investigadora de la Unidad de los Rollos del Mar Muerto de la Universidad Hebrea que trabajó en los documentos.
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Las cuevas donde se preservaron los rollos tienen condiciones climáticas interiores que permitieron “su conservación excepcional”, y “han sido blanco de saqueadores de antigüedades” en las últimas décadas, por lo que la AAI realizó una “operación nacional” para evitar que objetos de suma “importancia histórica” caigan en sus manos.
Piezas patrimoniales
Además de los fragmentos del pergamino, se desenterraron objetos que remontan a la revuelta judía de Bar Kokhba contra los romanos (132-136 d.C.), así como un esqueleto de niño momificado de 6.000 años de antigüedad envuelto en tela y una cesta de 10.500 años, probablemente la más antigua del mundo, estima la AAI.
El cuerpo se conservó en gran medida por el clima de la cueva, “incluida la piel, los tendones y el cabello”, y experimentó “un proceso de momificación natural”, concreta Ronit Lupu, experta en prehistoria y miembro de la AAI.
Esto es un gran hallazgo, puesto que desde el descubrimiento de los Manuscritos del Mar Muerto en las cuevas de Qumrán, las grutas del desierto de Judea se han convertido en objetivo de saqueadores de antigüedades.
Para Israel Hasson, director de la AAI, que expone estos objetos en su laboratorio ubicado en el museo de Israel en Jerusalén, la iniciativa puesta en marcha en 2017 tiene como objetivo “salvar estas raras e importantes piezas patrimoniales de las garras de los ladrones”.
Según Avi Cohen, director del ministerio de Jerusalén y Patrimonio, que financió la excavación, el pergamino atestigua la historia judía de la zona y el “vínculo inseparable entre las actividades culturales judías” y la zona.
Los descubrimientos arqueológicos son objeto de disputas entre palestinos e israelíes, a los que a veces se acusa de querer justificar reivindicaciones territoriales en Cisjordania.
Las autoridades palestinas encargadas de las antigüedades no quisieron comentar inmediatamente estos descubrimientos en Cisjordania. (I)