El papa Francisco se encuentra en una visita histórica, bajo enormes medidas de seguridad, en un Irak confinado por la pandemia de COVID-19 y azotado por la violencia. Su llegada, la undécima a un país islámico, es considerada también clave en las relaciones entre el Vaticano y esta religión. El monseñor Luis Cabrera, arzobispo de Guayaquil y presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), dice a este Diario que el sumo pontífice busca tender puentes de encuentro para que exista colaboración en aspectos como la dignidad humana y la libertad religiosa.