La Ivanpah Solar Power Facility ha cesado sus operaciones tras una década marcada por desafíos técnicos, altos costos y críticas ambientales. Ubicada en el desierto de Mojave, esta gigantesca planta de energía solar por concentración se convirtió en un símbolo de ambición tecnológica.
Inaugurada en 2014 con una inversión de 2.180 millones de dólares —incluidos 1.600 millones en préstamos federales del Departamento de Energía de EE. UU.—, Ivanpah fue, en su día, la central termosolar de torre más grande del planeta, con 392 MW de potencia instalada.
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El proyecto fue impulsado por un consorcio formado por NRG Energy, BrightSource Energy y Google, y prometía generar electricidad sin recurrir a combustibles fósiles.
Sin embargo, la planta enfrentó desde el inicio dificultades estructurales. Para alcanzar las temperaturas necesarias para su funcionamiento, requirió apoyo con gas natural, lo que erosionó su perfil como fuente “cero emisiones”.
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Además, sus más de 173.000 heliostatos —espejos móviles que reflejaban la radiación solar hacia tres torres de 140 metros de altura— presentaron recurrentes fallas de alineación, pérdida de calor y averías costosas, derivadas en parte por las extremas condiciones del desierto.
Rechazo de organizaciones ambientalistas y la caída del precio de la energía solar fotovoltaica
Diversos estudios estimaron que hasta 28.000 aves morían cada año al cruzar los intensos focos de calor generados por los heliostatos, convirtiendo el sitio en un riesgo letal para la fauna local.
También se denunció un insuficiente análisis de impacto sobre especies vulnerables, como la tortuga del desierto.
El golpe final vino del mercado: la caída del precio de la energía solar fotovoltaica y de los sistemas de almacenamiento con baterías hizo que Ivanpah quedara financieramente desfasada.
La compañía eléctrica Pacific Gas & Electric (PG&E), que había firmado contratos de compra de energía hasta 2039, canceló anticipadamente sus acuerdos alegando un ahorro significativo para sus clientes al optar por fuentes más baratas y eficientes.
Con la rescisión de esos contratos, en enero de 2025 se oficializó el cierre de dos unidades de la planta.
Ahora se contempla el desmantelamiento parcial de las instalaciones, aunque los operadores han planteado reutilizar parte del terreno para proyectos solares fotovoltaicos, aprovechando la infraestructura de conexión ya existente. (I)