Javier González Recuenco se dio cuenta bastante rápido de que no era como el resto de los niños de su escuela. Esa diferencia lo convirtió durante años en la víctima de sus compañeros de clase y tornó su infancia en un infierno. Sin apoyo familiar ni educativo, consiguió salir adelante y aprender a vivir con superdotación por sus propios medios.