Mientras el gobierno de Nicolás Maduro está en vilo ante la amenaza del presidente de EE.UU., Donald Trump, de llevar a cabo acciones militares en Venezuela, muchos ciudadanos de a pie pasan sus horas intentando resolver la comida del día.

Es miércoles por la mañana en Quinta Crespo, un mercado popular en el centro de Caracas. Aquí una eventual escalada del conflicto no parece perturbar a la mayoría.

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“No va a haber intervención, nada de eso, aquí lo que nos tiene fregados es el aumento del dólar”, le dice a BBC Mundo Alejandro Orellano, que saborea un café, esperando a clientes que no terminan de llegar.

Desde septiembre, el gobierno de Trump acumula tropas y recursos militares a poca distancia de Venezuela. El despliegue incluye más de 15.000 efectivos y el USS Gerald R. Ford, el portaaviones más grande del mundo.

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Hasta la mañana de este lunes, al menos siete aerolíneas internacionales habían cancelado sus vuelos hacia y desde Venezuela tras una alerta de las autoridades de aviación estadounidenses sobre los riesgos de sobrevolar el espacio aéreo del país.

Y es que desde hace semanas, EE.UU. ha llevado a cabo una serie de ataques aéreos contra supuestas “narcolanchas” en el Caribe y el Pacífico oriental.

En los ataques han muerto al menos 83 personas. Washington las acusa de traficar drogas, pero hasta el momento no ha ofrecido pruebas. Algunos analistas creen que los ataques forman parte de un plan para forjar la salida de Maduro.

Su gobierno es considerado como ilegítimo por Estados Unidos y varios países de América Latina, tras las disputadas elecciones presidenciales de 2024, que han sido ampliamente rechazadas por la comunidad internacional.

Alejandro, quien tiene cinco años vendiendo hortalizas en este mercado, le resta importancia a la retórica entre Washington y Caracas.

“Mira, mira como está esto vacío”, insiste apuntando con su dedo un largo y solitario pasillo repleto de frutas y verduras frescas.

El enemigo común de los presentes parece ser el alza abrupta de los precios de los alimentos y la poca capacidad para comprarlos.

Un kilo de pollo, por ejemplo, ronda cuatro veces el valor del salario mínimo mensual oficial. Y aunque el gobierno compensa con bonos a pensionados y trabajadores públicos, el dinero igual resulta insuficiente para la canasta básica alimentaria.

Pero otra realidad es que desde las protestas antigubernamentales que tuvieron lugar tras las cuestionadas elecciones presidenciales de 2024, buena parte de la sociedad venezolana evita expresarse abiertamente sobre temas que podrían resultar sensibles para el gobierno de Maduro.

Durante y después de las protestas, más de 2.000 personas fueron detenidas, según cifras oficiales.

Getty Images

Actualmente, 884 personas permanecen en prisión por motivos políticos, según la organización no gubernamental Foro Penal.

Hubo reportes de personas que fueron detenidas tras dar declaraciones a la prensa en las que se quejaban del gobierno o cuestionaban los resultados electorales.

Expertos de las Naciones Unidas (ONU) han expuesto denuncias de graves violaciones de derechos humanos en el contexto de aquellas elecciones y las protestas que ocurrieron los días posteriores.

Reportaron persecución política, uso excesivo de la fuerza, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales por parte de las fuerzas de seguridad del Estado y grupos civiles afines.

“¿Será verdad?, ¿Será mentira?”

Sobre una eventual acción de EE.UU. en el país, Consuelo, de 74 años, es escéptica, duda.

“¡Qué pase lo que pase! (…), ¡y ya!”, le dice a BBC Mundo.

“¿Será verdad?, ¿Será mentira? (…) Eso lo que hace es enfermar a uno, andar con el nerviosismo (…) es mejor quedarse tranquila. Las emociones también le pueden afectar la salud”, asegura esta profesora universitaria, que está pensionada, pero que aún trabaja.

“Yo compras nerviosas no he hecho. Uno para comprar tiene que tener mucha plata”.

Nicole Kolster/BBC Mundo

Barbara Marrero, una chef pastelera, de 40 años, dice: “Todos estamos esperando que pase algo, porque es justo y necesario, son años sumidos en una miseria absoluta”.

“El venezolano vive el día a día esperando que pase algo, pero todo el mundo tiene miedo (de hablar) y nadie dice nada”.

“Estamos asustados, callados, por miedo a que metan preso a uno. Yo siempre publico cosas, pero ya no, no debo, porque no sé quién me vaya a vender”, dice por teléfono a BBC Mundo una comerciante que vive en Ciudad Bolivar, (estado de Bolívar, sur).

“Hay esperanza, fe, pero la gente está callada por miedo, no se escucha hablar a nadie de eso, es uno en casa, con su gente (…) pero hay aires de alegría”, dice la mujer en anonimato.

Nicole Kolster/BBC Mundo

Ya es mediodía.

Todo marcha como de costumbre en un concurrido bulevar del este de Caracas. Buhoneros estimulando las ventas… transeúntes que van y vienen...

Ahí está Javier Jaramillo, de 57 años, quien busca mercancía para revender en Navidad. Él está expectante sobre el portaaviones que movió Washington al Caribe.

“Yo no creo que ese ataque llegue, yo creo que lo que puede haber es un diálogo, un acuerdo o un arreglo”.

Sin embargo, dice que cuando hay cortes de energía piensa “‘ya se metieron’, ‘se van a meter’”.

De cualquier forma, Javier reitera: “Nos preocupa más la comida (…), yo no creo que haya un ataque”.

“Venezuela está muy mal (…) Nos está comiendo la inflación, aquí no hay dinero que valga; dólar, euro”.

“Soy un venezolano que está pasando necesidad (...). Y lo que queremos es que haya un arreglo”.

Nicole Kolster/BBC Mundo

“¡Qué nadie se duerma!”

“Mosca todo el mundo, mil ojos. ¡Qué nadie se duerma!”, pidió a la población Nicolás Maduro el jueves por la noche.

“Hay que defender las instalaciones petroleras de la CIA, le han dado un billete y les dijeron vayan a dañar la economía a los venezolanos”, siguió diciendo el gobernante.

Maduro se felicita constantemente por su manejo de la economía venezolana, asegurando que esta está bajo asedio de EE.UU., entre las sanciones y el despliegue militar en el Caribe.

Dos economistas que viven en Venezuela consultados por BBC para este reportaje prefirieron no declarar sobre el tema por temor a represalias del gobierno.

“Esa inflación ha llegado a estar en unos niveles del orden del 20% mensual o intermensual durante los últimos meses”, dijo otro experto que pidió el anonimato.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta en 548% el aumento de precios este año y dice que será peor en 2026, cuando podría dispararse al 629%. Es la cifra más alta del continente.

Maduro, por su parte, hace hincapié en que el PIB del país crecerá un 9%.

Reuters

“Puede morir gente inocente”

Esther Guevara, de 53 años, quien trabaja en un laboratorio médico, es una de las que no esconde su preocupación en medio de las tensiones por el despliegue de la flota naval de EE.UU.

“Me preocupo porque no sé en realidad qué está pasando, que vayan, de verdad, a invadir, a extraer… la gente piensa que es muy fácil, muy tranquilo y es fuerte, puede morir mucha gente inocente”.

“Siento que se está cocinando algo por allí, pero estoy en expectativa”, dice.

Nicole Kolster/BBC Mundo

“Trump tiene que entrar en razón”, le comenta a BBC Mundo Francisco Ojeda, de 69 años y residente de Petare, quien forma parte de la milicia.

Ojeda ha participado en alistamientos militares ordenados por Maduro y sostuvo armas de guerra, aunque sin balas.

“Aquí nadie se va a quedar tranquilo a la hora de una invasión”, asegura.

“Si llegan, llegan, y si no llegan, bueno. Pero aquí queremos tranquilidad y armonía para todos”.

“Nosotros estamos tranquilos (…), aquí todo el mundo baila, van a la playa, trabajan, todo está normal”. (I)