Liz Taylor era una mujer de 38 años en buen estado de salud cuando se enteró que perdería la capacidad de caminar, hablar y hasta comer.
Publicidad
Sufren de una afección genética, conocida como neuroferritinopatía y causada por una acumulación de hierro en el cerebro.


Publicidad
Actualizado el
Liz Taylor era una mujer de 38 años en buen estado de salud cuando se enteró que perdería la capacidad de caminar, hablar y hasta comer.