Una pesadilla. Eso enfrenta un joven que ve disminuida su vida como modelo por un terrible procedimiento dental al que se sometió.
Jack James es el nombre del chico, de Inglaterra, que contó el calvario que padece por aspirar a mejorar su sonrisa.
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Buscó alternativas en su país a su problema, pero le salía muy costoso, por lo que buscó alternativas en odontología en otras naciones y se fue a Estambul, Turquía.
“Parezco un tiburón en una película de terror”, se describió Jack, según publicó The Mirror.
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Qué se hizo en los dientes
Contó al medio británico que viajó al extranjero para colocarse carillas.
Dijo que optó por “ponerse dientes postizos para verse mejor en cámara” en septiembre pasado y por ello fue a Estambul, donde pagó 3 mil libras esterlinas (3.800 dólares) por un juego de carillas” .
Jack James dijo que tras el procedimiento se vio bien. Viajó al Reino Unido, pero en un par de meses todo cambió y dio inicio a la pesadilla. Primero, hubo halitosis, luego vinieron sangrados.
“Comenzaron a sangrar y a doler. Empezó a salir pus y a gotear. Mi aliento apestaba”, señaló a The Mirror.
Angustiado acudió al odontólogo en su país. “Busqué un dentista de emergencia y me hicieron radiografías. El dentista dijo que mis dientes estaban desordenados y que tenía una fuerte infección”, explicó.
Para atender la urgencia requería 20.000 esterlinas (25 mil 400 dólares), pero tampoco las tenía, por lo que contactó a la clínica en Turquía, donde no se hicieron responsables.
“Expresaron que no fue su culpa. Dijeron que tendría que pagar de nuevo para que lo arreglaran”, contó.
Afilaron los dientes reales como los de un tiburón
El joven señaló que le dieron, finalmente, un presupuesto de 4 mil 500 libras esterlinas para arreglarlos y voló otra vez a Estambul en junio de 2023 “para que le quitaran las carillas y las reajustaran”.
“Me quitaron todos los dientes y el absceso y me colocaron dientes temporales. La infección tardó algunas semanas en desaparecer”, precisó.
Jack James narró con dolor y asombro que “sus dientes reales habían sido afilados y parecía un tiburón”.
Cuando dieron por terminado el segundo trabajo en Turquía, el chico volvió a Inglaterra a finales de junio pasado.
A los pocos días, cepillándose los dientes se le cayó una corona. De nuevo el miedo se apoderó de él.
Alcanzar el diseño de sonrisa de sus sueños ha sido un tormento para este chico de 21 años, que aspira con su dolorosa experiencia que los interesados como él en hacerse un trabajo dental recurran a manos profesionales.
Jack James se muestra arrepentido, frustrado y así lo resumió a The Mirror: “Me siento tan molesto conmigo mismo. Tengo ganas de sacarme todos los dientes. Desearía tener una unión compuesta, pero no puedo cambiar el pasado”. (I)
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