A principios de este mes, un nuevo hecho de violencia contra las mujeres se registró en Irán y que ha generado el rechazo de parte de la población.

Imágenes de seguridad difundidas por la agencia oficial IRNA muestran como Armita Garavand, de 16 años, y dos amigas entran en unos de los vagones del metro de Teherán y a continuación dos de ellas salen cargando a la tercera.

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Este domingo, medios iraníes indicaron que la joven estaba hospitalizada en coma luego del supuesto altercado con las autoridades por no llevar el velo islámico en el metro y se encuentra cerca de la muerte cerebral.

Mahsa Amini murió por una falla orgánica múltiple causada por hipoxia cerebral, según autoridades forenses iraníes

“Lamentablemente el estado de salud de Armita Garavand no es prometedor y su muerte cerebral parece segura a pesar de los esfuerzos del personal médico”, informaron medios como las agencias IRNA y Tasnim.

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IRNA aseguró que la joven se había desmayado por una bajada de tensión por lo cual se cayó y se golpeó la cabeza con el suelo.

Sobre el video, Amnistía Internacional señaló que este había sido manipulado y los fotogramas estaban acelerados, además que hay lapsos de más de tres minutos.

Este hecho recuerda a lo acontecido con Mahsa Amini, quien murió tras ser detenida por la Policía de la Moral por no llevar bien puesto el velo islámico, una muerte que las autoridades atribuyeron a causas naturales.

Su muerte provocó fuertes protestas que durante meses pidieron el fin de la República Islámica y solo desaparecieron tras una represión que causó 500 muertos, la detención de al menos 22.000 personas y en las que fueron ejecutados siete manifestantes, uno de ellos en público.

El primer aniversario de la muerte de Amini se conmemoró el 16 de septiembre en medio de una fuerte represión y un enorme despliegue de fuerzas de seguridad, y solo se produjeron tímidas protestas.

En los últimos meses el Gobierno iraní esta tratando de reimponer el uso del velo, con la presencia de patrullas en las calles, la denegación de servicios y la aprobación de una ley que endurece los castigos por no cubrirse el cabello.

La divulgación de la casi segura muerte cerebral de Armita Garavand coincide con la decisión de un tribunal revolucionario iraní de condenar a las periodistas Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi, que desvelaron el caso de Mahsa Amini, a 13 y 12 años de cárcel respectivamente por cooperación con el Gobierno “hostil” de Estados Unidos, y otros dos delitos. (I)