El presidente de EE.UU., Donald Trump, redobló este viernes sus ataques contra el “corrupto” exdirector del FBI, James Comey, imputado tras investigar los supuestos vínculos de la campaña electoral de 2016 del republicano con Rusia, e insistió en que este deberá pagar un “precio muy alto” por sus mentiras.

“Te guste o no, el corrupto James Comey, y no me imagino que a mucha gente le guste, ¡MINTIÓ! No es una mentira compleja, es muy simple, pero IMPORTANTE. No hay forma en que pueda justificarse”, escribió Trump en su red Truth Social.

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Comey fue imputado este jueves por un gran jurado en Virginia por delitos de declaración falsa y obstrucción, cargos presentados por el Departamento de Justicia, días después de que Trump instara a la fiscal general, Pam Bondi, a actuar contra sus oponentes políticos.

En concreto, se le acusa de mentir al Congreso durante su comparecencia en septiembre de 2020 cuando respondió que no a la pregunta de si era el responsable de la filtración de información a la prensa sobre la investigación sobre los vínculos del magnate neoyorquino con Rusia.

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Tras conocer la imputación, Comey reaccionó declarando su inocencia y llamó a los estadounidenses a no vivir con miedo, que caracterizó como “la herramienta de un tirano”.

“Me duele el corazón por el Departamento de Justicia, pero tengo una gran confianza en el sistema judicial federal, y soy inocente, así que tengamos un juicio y mantengamos la fe”, dijo.

Hasta cinco años

Si es declarado culpable, Comey enfrenta hasta cinco años de prisión, según la fiscal federal Lindsey Halligan, exabogada personal del mandatario y designada por Trump hace pocos días pese a no tener experiencia en la fiscalía.

Halligan trabajaba bajo una intensa presión por parte de Trump debido al plazo de prescripción de cinco años sobre el testimonio de Comey ante el Congreso, que expira el martes.

“Durante mucho tiempo, el anterior liderazgo corrupto y sus cómplices utilizaron agencias federales de aplicación de la ley como armas,” dijo el actual director del FBI Kash Patel.

“En ninguna parte esta politización de la aplicación de la ley fue más evidente que durante el engaño de Russiagate, un capítulo vergonzoso en la historia que seguimos investigando y exponiendo”, añadió.

Trump despidió a Comey en 2017, durante su primer periodo presidencial, en medio de la investigación sobre si miembros de su campaña habían coludido con Moscú para influir en las elecciones de 2016.

Otros casos

La fiscal Halligan, que presentó la acusación contra Comey, ocupó la plaza de Erik Siebert, quien dimitió como fiscal federal del distrito Este de Virginia bajo presión de Trump tras informar al Departamento de Justicia que no había pruebas suficientes para acusar a Comey o a la fiscal general de Nueva York, Letitia James.

James, como otros funcionarios demócratas, fue acusada por un cercano aliado de Trump, el director de la Agencia Federal de Financiamiento de Viviendas Bill Pulte, de falsificar documentos en aplicaciones hipotecarias.

En agosto, agentes del FBI allanaron la casa y la oficina de otro crítico de Trump, su exasesor de seguridad nacional John Bolton, en una investigación que los funcionarios dijeron estaba vinculada a documentos clasificados.

Bolton enfureció a Trump con la publicación de severas criticas en el libro “The Room Where it Happened” y aparece a menudo en programas de noticias y artículos para condenar al hombre a quien ha llamado “no apto para ser presidente”.

Desde que asumió el cargo en enero, Trump, el primer mandatario en ejercicio de Estados Unidos condenado penalmente, ha tomado una serie de medidas punitivas contra sus enemigos y oponentes políticos.

Trump fue objeto de varias investigaciones después de dejar la Casa Blanca en 2020. (I)