La flota submarina de Estados Unidos es considerada una de las más poderosas del mundo y está compuesta exclusivamente por naves de propulsión nuclear.

Actualmente, la flota cuenta con 71 submarinos activos, divididos en cuatro clases operativas: Ohio, Los Ángeles, Seawolf y Virginia.

Dentro de esta fuerza naval destacan los 14 submarinos de la clase Ohio (SSBN), encargados de portar misiles balísticos. Cuatro de estas naves fueron adaptadas como SSGN, capaces de lanzar misiles guiados y realizar operaciones especiales.

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Las demás clases corresponden a submarinos de ataque (SSN), diseñados para destruir objetivos enemigos, proteger grupos de portaaviones, apoyar operaciones en tierra y realizar tareas de inteligencia.

Los submarinos de ataque se distribuyen así:

  • 34 submarinos de la clase Los Ángeles, considerados el “esqueleto” de la flota y armados con torpedos MK-48 y misiles Tomahawk.
  • 3 submarinos de la clase Seawolf, más veloces y sigilosos, diseñados originalmente para cazar submarinos soviéticos, aunque su producción fue cancelada tras el fin de la Guerra Fría.
  • 22 submarinos de la clase Virginia, la generación más reciente, versátiles y adecuados para operaciones costeras, inteligencia y despliegue de fuerzas especiales.

Sin embargo, la Marina estadounidense planea modernizar su flota durante los siguientes años.

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Washington también busca aumentar la producción de submarinos Virginia, con la meta de sumar hasta 48 unidades para 2043, previa autorización del Congreso.

De acuerdo con el excomandante de las fuerzas submarinas de EE. UU., el vicealmirante Michael Connor, el país necesitaría al menos 66 submarinos de ataque para responder a la creciente demanda militar global en este ámbito. (I)