Las Naciones Unidas han previsto que este 15 de noviembre la población mundial llegue a las 8.000 millones de personas.
Esto lo ha destacado como unas mejores en materia de nutrición, salud pública y saneamiento, aunque también recordó que el aumento poblacional ocasiona que la familia humana se vuelva más dividida.
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De igual manera recordó que aún hay muchas dificultades con respecto a la hambruna, migraciones, guerras y desastres climáticos.
“A menos que reduzcamos el enorme abismo entre los que tienen y los que no tienen, estamos allanando el camino hacia un mundo con ocho mil millones de habitantes dominado por tensiones y desconfianza, crisis y conflicto”, se añadió.
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El mundo apenas ha necesitado doce años para pasar de 7.000 a 8.000 millones, pero el incremento demográfico está ralentizándose con claridad desde hace décadas: la tasa de crecimiento anual tocó techo en 1964, cuando llegó al 2,2 %, y no ha dejado de reducirse hasta situarse por debajo del 1 %.
Según los cálculos de Naciones Unidas, harán falta al menos quince años para que el mundo sume los próximos 1.000 millones de habitantes.
El organismo indicó que un puñado de multimillonarios controlan la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial.
Además destacó que el enojo y resentimiento contra países desarrollados están en su máximo punto y esto ha provocado que varios aspectos no se pueden dar como el desarme nuclear, terrorismo, entre todo por lo que pide recomponer las relaciones y encontrar soluciones conjuntas.
“Los ocho mil millones de habitantes del mundo podrían representar enormes oportunidades para algunos de los países más pobres, donde el crecimiento demográfico es el más alto”, se indicó. (I)