Al menos 168 personas siguen desaparecidas este miércoles por las inundaciones en Texas que se han cobrado más de 100 vidas y han dejado una estela de desolación y ruinas en este estado del sur de Estados Unidos.

La madrugada del viernes, día festivo en Estados Unidos, lluvias torrenciales provocaron inundaciones repentinas y una crecida de ocho metros en el río Guadalupe en tan solo 45 minutos.

En total se han registrado 109 muertos en el centro del estado, indicó el gobernador.

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Cayeron casi 300 milímetros de lluvia por hora, un tercio de la precipitación media anual. Días después, muchos habitantes buscan desesperados a sus seres queridos.

Javier Torres es uno de ellos. En Hunt, epicentro de las inundaciones, el joven de 24 años excava en busca de su abuela en el lodo que dejaron al retroceder las aguas desbordadas del río Guadalupe. Ya ha encontrado los cuerpos de su abuelo y de dos niños.

Helicópteros, drones y equipos caninos siguen movilizados en condiciones difíciles.

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En el condado de Kerr, “161 personas han sido dadas por desaparecidas”, declaró el martes el gobernador de Texas, Greg Abbott, en rueda de prensa. Una cifra basada en informaciones de amigos, familiares y vecinos.

Siete personas también permanecen desaparecidas en el condado de Travis, según las autoridades locales.

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“Esta lista podría aumentar considerablemente”, añadió el gobernador, ya que las esperanzas de encontrar sobrevivientes son escasas a pesar de la búsqueda continua de los equipos de rescate.

El condado de Kerr fue el más afectado, con 94 muertos, incluidos 30 niños.

Entre las víctimas figuran 27 niños y monitores del campamento cristiano para niñas Camp Mystic, a orillas del río Guadalupe, que albergaba a unas 750 personas.

Cinco campistas y un monitor seguían desaparecidos la noche del martes, según el gobernador. También buscan a un niño que no se encontraba en el campamento.

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En el estado de Nuevo México, la crecida del río Ruidoso causó al menos tres muertes en el municipio homónimo, según autoridades locales.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que viajará a Texas el viernes acompañado de su esposa Melania.

“Trajimos muchos helicópteros de todas partes (...) La respuesta fue increíble”, declaró Trump.

Unas 850 personas fueron rescatadas de las aguas, según las autoridades, aunque “el último rescate (...) se realizó el viernes”, declaró Jonathan Lamb, de la policía de Kerrville.

La Casa Blanca se defendió de las críticas que echan la culpa del desastre a los recortes presupuestarios en el Servicio Meteorológico Nacional.

El servicio meteorológico estadounidense ha emitido “pronósticos y alertas oportunos y precisos”, declaró la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.

Se emitió una alerta poco después de la 1 de la madrugada, pero muchos habitantes estaban dormidos o habían apagado sus teléfonos.

Las inundaciones súbitas, causadas por lluvias torrenciales que el suelo reseco no puede absorber, no son un hecho aislado.

Pero, según la comunidad científica, el cambio climático ha aumentado la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos como inundaciones y sequías.

“Es una zona de Texas que experimenta ambos extremos del espectro del cambio climático (...) Las sequías se vuelven más extremas” y “la lluvia cuando llega provoca precipitaciones más intensas, con una mayor probabilidad de inundaciones repentinas”, explicó el meteorólogo Shel Winkley. (I)