“La BBC interrumpe su programación para hacer un anuncio importante”.

Estas fueron las primeras palabras con las que Huw Edwards, presentador de la BBC, anunció segundos después, en torno a las 18:30 hora local (17:30 GMT), el fallecimiento a los 96 años de la reina Isabel II de Inglaterra.

A las palabras de Edwards le siguió el sonido del himno británico junto a una imagen solemne de la reina de perfil con la corona.

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Eran las 12.30 hora local (06:30 de Ecuador) de este jueves cuando el Palacio de Buckingham, tan comedido y sucinto siempre, emitía un comunicado inquietante. En apenas dos frases, recogían la “preocupación” de los doctores por su estado de salud y anunciaban que la colocaban bajo vigilancia médica.

Los analistas más versados en interpretar los crípticos mensajes de la casa de los Windsor rápidamente identificaron en el lenguaje escogido la gravedad de la situación. Seis horas después, el mundo se conmovió ante la noticia: la reina Isabel II falleció plácidamente en su residencia veraniega de Balmoral, a los 96 años de edad y tras 70 años como soberana de los británicos. (I)