Francia conocerá este miércoles qué depara la justicia a los acusados del peor ataque en París desde la Segunda Guerra Mundial, que dejó 130 muertos en una noche de horror en noviembre de 2015, tras diez meses de proceso.

La lectura del veredicto no comenzará “antes de las 18H30″ (16H30 GMT), indicó una fuente judicial a primera hora de la tarde, cuando las partes civiles y muchos periodistas empezaban a llegar al muy protegido Palacio de Justicia de París.

El lunes, último día de audiencias, había estado marcado por los alegatos de loa acusados, entre ellos Salah Abdeslam, el único miembro con vida de los comandos que atentaron el 13 de noviembre de 2015 en París y en el Stade de France, en Saint-Denis.

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“No soy un asesino y si me condenan por asesinatos, cometerían una injusticia”, aseguró el francés de 32 años, que presentó de nuevo sus “disculpas” a los supervivientes y a los familiares de las víctimas.

Abdeslam afronta la mayor pena del Código Penal, la cadena perpetua sin libertad condicional, a pedido de la fiscalía. Su defensa cargó contra una “pena de muerte social” y aseguró que renunció a hacerse explotar la noche del ataque.

“La opinión pública piensa que yo estaba en las terrazas, disparando a la gente, que estaba en el Bataclan. Ustedes saben que la verdad está en el sentido contrario”, urgió Abdeslam al tribunal, antes que se retirara a deliberar.

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Para la Fiscalía Nacional Antiterrorista (PNAT), el principal acusado, detenido en Bélgica el 18 de marzo de 2016 cuatro días antes de los atentados de Bruselas (32 muertos), sí intentó activar su cinturón de explosivos.

“Tiene las manos manchadas con la sangre de todas las víctimas”, aseguraron los representantes del ministerio público.

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Foto de archivo de la policía francesa trasladando a Salah Abdeslam. EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON Foto: CHRISTOPHE PETIT TESSON

“Habrá un después”

La mayoría de los otros 13 acusados presentes --seis son juzgados en rebeldía-- reiteraron sus “arrepentimientos” o “disculpas”, y algunos expresaron sus “condolencias”, a las víctimas. Muchos dijeron “confiar en la justicia”.

“Voy a pasar una enorme página y, tras esto, la vida empezará de nuevo. Esto es seguro. Habrá un después”, dijo al diario Libération Aurélie Silvestre, que perdió a su pareja en el Bataclan y a quien el juicio le permitió “digerir el drama”.

Seis años después de una noche de horror que dejó un reguero de sangre en el Stade de France, en terrazas de bares de la capital y en la sala de conciertos Bataclan, la defensa advirtió contra una “justicia de excepción”.

“El objetivo de un proceso es entender para juzgar mejor y delimitar la responsabilidad de cada uno y evitar que [este tipo de atentados] se repita”, declaró este miércoles Olivia Renan, una de las abogadas de Abdeslam.

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La letrada dijo esperar que “los magistrados logren entender qué pasó y aplicar la ley de la mejor manera posible para tener las decisiones más justas”.

El atentado se produjo en un contexto de ataques en Europa, mientras una coalición internacional luchaba contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria e Irak. Miles de sirios llegaban a su vez a suelo europeo huyendo de la guerra en su país.

Las penas reclamadas contra los 20 acusados van desde los 5 años de prisión hasta la cadena perpetua sin libertad condicional para Abdeslam y dos ex altos cargos del EI, que se dan por muertos en Siria o Irak.

La cadena perpetua “real” se aplica en muy pocos casos en Francia. Solo se ha decretado en cuatro ocasiones desde su instauración en 1994, para condenados por matar a niños, tras violarlos o torturarlos. (I)