Una crisis económica global, la pérdida de cientos de miles de vidas y secuelas físicas y psicológicas para quienes lo han padecido o se han visto afectados por las restricciones que ha obligado a imponer están entre las principales consecuencias que el COVID-19 ha provocado en el mundo desde que apareció hace más de dos años, en los que ha afectado a toda la población sin sesgo económico, de religión o estrato social.