El Gobierno de Brasil adelantó este lunes que ya cuenta con “planes de contingencia” en caso de que fracasen las negociaciones con Estados Unidos y entre en vigor el arancel del 50 % a las importaciones brasileñas el 1 de agosto.

En una entrevista a la emisora CBN, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, insistió en que “Brasil jamás se fue ni se irá de la mesa de negociación”, pero admitió la posibilidad de no llegar a ningún tipo de acuerdo con la Administración de Donald Trump en los próximos diez días.

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“La determinación del presidente (Luiz Inácio Lula da Silva) es que sigamos comprometidos de forma permanente. Enviamos una segunda carta la semana pasada, además de la de mayo. Vamos a insistir en la negociación comercial”, aseguró.

Haddad, miembro del comité interministerial creado por Lula para responder a la amenaza arancelaria de Trump, indicó que, en caso de que esta se concrete, evalúan poner en marcha “instrumentos de apoyo a los sectores” potencialmente afectados.

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“En una situación como esta, de agresión externa injustificable, el Ministerio de Hacienda se prepara para todos los escenarios. Tenemos un plan de contingencia para cualquier decisión que llegue a tomarse”, anticipó.

Haddad atribuyó la crisis abierta entre Brasil y EE.UU. a la “relación individual de Trump” con el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, quien afronta en la Corte Suprema un juicio penal por supuestamente “liderar” un complot golpista contra Lula, tras perder las elecciones de 2022.

Al justificar el arancel del 50 % adicional, el pasado 9 de julio, el líder republicano afirmó que Bolsonaro es víctima de una “caza de brujas” y exigió el cese de la “persecución” contra su aliado.

En paralelo, la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. abrió una investigación contra Brasil por supuestas prácticas discriminatorias.

La crisis escaló de nuevo el pasado viernes cuando el Supremo impuso nuevas medidas cautelares contra Bolsonaro por maniobrar junto con el Gobierno de Trump para sancionar a Brasil, entre ellas permanecer en casa por las noches y el uso de tobillera electrónica.

Estados Unidos respondió poco después con la revocación del visado del juez del Supremo Alexandre de Moraes, instructor del caso por golpismo, y “sus aliados” en el alto tribunal.

Para Haddad, todo el conflicto tiene su origen en la existencia de una “fuerza política de extrema derecha en Brasil que está remando contra los intereses nacionales”. (I)